José Luis Ochoa se jubila tras 24 años como guardián del protocolo foral
Encargado de introducir la etiqueta en la provincia, ha trabajado con cinco diputados generales en innumerables actos. El primero, con el Dalái Lama
José Luis Ochoa ha pasado 24 años evitando las cámaras. Durante ese tiempo, el jefe del ahora denominado servicio de Relaciones Sociales e ... Institucionales ha estado detrás de todos los actos de la Diputación de Álava, un cargo que abandonará con su jubilación a partir del 2 de febrero. Su labor ha sido mantener las buenas maneras en la Administración foral, un protocolo que hasta entonces apenas se había vigilado y que le tocó introducir durante aquellos primeros años con su característica combinación de elegancia y tesón ante las reticencias de más de un cargo público.
La visita del Dalái Lama a la Casa Palacio de la Provincia fue uno de los primeros actos que le tocó controlar. Después tuvo que gestionar encuentros con los reyes eméritos, Felipe VI cuando aún era Príncipe de Asturias, dirigentes políticos, personalidades públicas, la concurrida retreta de San Prudencio... Pero él siempre recuerda con especial cariño al filántropo Vicente Ferrer, que en 1999 aterrizó en Álava. «Es la persona más increíble que he conocido en mi vida. Dio una conferencia aquí que aún recuerdo. Era alguien extraordinario».
En este tiempo le ha tocado trabajar junto a los gabinetes de Félix Ormazábal, Ramón Rabanera, Xabier Aguirre, Javier de Andrés y Ramiro González. «Salvo con Podemos he estado con todos», suele bromear Ochoa por las distintas coaliciones que han llevado al PNV, PP, PSE, la extinta Unidad Alavesa, EA y Aralar -estas dos últimas forman parte de EH Bildu- a gobernar Álava durante el último cuarto de siglo. «Con todos he tenido buen rollo, aunque es evidente que cada uno tiene un estilo distinto», comenta y recuerda que De Andrés fue inicialmente su responsable directo como jefe de Gabinete de Rabanera antes de dar el salto definitivo a la política.
Ahora está disfrutando las últimas vacaciones que aún le quedaban pendientes de 2020 y ya ha vaciado su despacho, donde guardaba múltiples recuerdos de este último cuarto de siglo. A partir del 2 de febrero, su labor se repartirá entre sus compañeros del Servicio foral de Relaciones Sociales e Institucionales hasta que por fin se cubra la plaza. No se trata de un cargo de confianza del gabinete de turno, sino que forma parte de la estructura orgánica de la institución foral, por lo que saldrá a concurso para que pueda optar cualquier funcionario de la administración autonómica (Ejecutivo vasco, diputaciones y ayuntamientos). La elección final, eso sí, corresponderá a los máximos responsables del actual Gobierno foral.
Deportes, Juventud...
Antes de convertirse en guardián de las buenas maneras, José Luis Ochoa inició su carrera en los ochenta como secretario de Deporte Escolar cuando aún dependía del Gobierno vasco y cuando esta competencia pasó a ser foral por la Ley de Territorios Históricos recaló en la Diputación. Pasó por el Instituto de la Juventud y los servicios de Deportes y Euskera antes de recalar al inicialmente denominado Protocolo y Medios de Comunicación, que ha dirigido desde 1997.
En su último año de carrera profesional, se han multiplicado los dolores de cabeza con el difícil encaje que tienen el protocolo y las medidas de seguridad en la lucha contra el Covid. «Se ha cambiado casi todo. Desde la colocación de cada autoridad hasta la forma de saludar», ha comentado Ochoa.
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