La jodienda parental
Se non é vero... ·
Hay que recordar que los educadores que llevan a cabo estos cursos extraescolares tienen el reconocimiento internacional por alguno de sus programasProliferan en política quienes hablan con una confianza casi geológica; como si una miserable opinión tuviera la consistencia de una roca, cuando resulta obvio ... que la resistencia atribuida al pensamiento erróneo no es otra cosa que contumacia y obstinación.
Es éste el caso del tan traído y llevado 'Pin parental', 'Veto parental' o 'Jodienda parental', como se prefiera. Que parece que a nuestros ultras carpetovetónicos no les gusta que se hable de sexualidad y respeto en las escuelas españolas. Faltaría más. A ellos les parece más normal que uno aprenda de sexualidad yendo de putas o acostándose con la criada, como se ha hecho toda la vida.
Si no, que se lo pregunten a Gracita Morales y a esa patrulla de asistentas domésticas -'chachas' las llamaban- que venían desde el campo a la ciudad a prestar sus servicios en casa de los señoritos, tan magistralmente retratadas en el cine y en la literatura de la época. Gracita Morales hacía honor a su nombre impostando aquel «¡se-ño-ri-to!» con esa voz de pito tan particular que tenía. Como decía el cuplé: «Pobres chicas, las que tienen que servir».
Y si eres gay, pues disimulas o te haces una terapia de inversión. O te suicidas directamente, como recomendaba Bolsonaro a sus queridos conciudadanos brasileños a los que aseguraba que prefería un hijo muerto a uno maricón.
Porque a la derecha ultramontana le gusta cada cosa en su sitio. Son más un mix de disciplina inglesa y Eurovisión. Han nacido para ser reconocidos y reverenciados. Y nadie les dice a sus hijos cómo deben comportarse. Que lo saben perfectamente. Ellos lavan las miserias en casa. ¡Faltaría más! ¡Qué se habrán creído estos pedagogos de pan y melón!
A este tropel de inquisidores de nuevo cuño, por supuesto, las actividades extraescolares y la pedagogía de la diversidad les parecen una fábrica de maricones, derivadas de políticas social-comunistas que sólo tratan de adoctrinar a los hijos en conductas pecaminosas ajenas al alma española y a la idiosincrasia secular de nuestra piel de toro.
Porque claro, empiezan educándose en la igualdad y se acaba renegando de la 'testiculina', seña de identidad del heroísmo y la abnegación del macho hispano, desde don Pelayo al Cid, pasando por la selección española de José Antonio Camacho.
Que allí donde no llegaba la inteligencia, bastaba con echarle un par de cojones. Y lo mismo nos hacíamos con Granada, con Constantinopla o con Perejil, que le metíamos once goles a Malta. Sencillamente porque Dios estaba con nosotros. O por lo menos el obispo de turno con el hisopo, que para el caso daba lo mismo.
A estas alturas de partido, no puede sorprender a nadie que haya quien confunda a un docente con el mismísimo demonio. El pecado está en el ojo que mira y no en lo que el ojo ve. Lo saben bien quienes patrocinaban oscuros internados donde la docencia sexual estaba en manos de ministros del mismísimo Dios. Lo saben también los niños que confiaron en su ayuda y sucumbieron al abuso sin recibirla. Ni de Dios, ni de los hombres. Apretando los dientes y sobreviviendo.
Sin sorpresas
En el espectro político del solar patrio siempre han merodeado los cavernícolas de diversa catadura y condición. Hasta ahí, nada nuevo. Lo que resulta increíble es que el resto de partidos de la derecha siga el rebufo de la estela ultra y se apunten al bombardeo de la testosterona por ver quién la tiene más grande.
Hay que recordar que los educadores que llevan a cabo estos cursos tienen el reconocimiento internacional por alguno de sus programas. En concreto, el que se imparte en los colegios públicos navarros denunciado por Vox, que ha sido reconocido y premiado por la Unesco.
Pero esto no basta para quienes andan litigando por demostrar quién es más español, más auténticamente de derechas y más conforme Dios manda. Como en la berrea de Salburua y las peleas a testarazos, para obtener el liderazgo del rebaño.
En esta competición por liderar la derecha ocurrirá como siempre. Cada vez que alguien cabalga un tigre, confiando en su doma, acaba devorado en cuanto cae del lomo del animal. Nadie escapa a su condición. Porque entre el original y la copia, los forofos siempre optarán por el jamón de pata negra antes que por el de york.
Mentiras
En todo este marasmo de mentiras y tergiversaciones, decía una profesora, con cierta ironía no exenta de tristeza, que le resultaba chocante el cuestionamiento de su trabajo, atribuyéndole intenciones oscuras. «Me cuesta Dios y ayuda que mis alumnos aprendan a poner una tilde correctamente», decía la docente, «como para tratar de aleccionarlos ideológicamente o de transformarlos en homosexuales por arte de birlibirloque». ¡Qué miopía y qué atropello, no ya a los docentes, sino a la inteligencia! Se quejaba.
Bien pensado, creo que el temporal 'Gloria' no es sino una señal divina, un primer aviso de que andemos con ojo. Que o se acepta el veto parental o después de 'Gloria' vendrá la ciclo génesis explosiva 'Sodoma', y después el huracán 'Gomorra'. Y más tarde incendios, terremotos y destrucción. Que es lo que ocurre en España cada vez que hay un paréntesis histórico y sus propietarios naturales no forman parte del Gobierno.
Tal y como enunció Allen Ginsberg: «No puedes ganar. No puedes empatar. Y tampoco puedes abandonar el juego». Así que en eso estamos. Seguimos para bingo.
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