
Vitoria, 45 años de capitalidad / 3
Javier Rojo | Ex presidente del Senado, teniente de alcalde y diputado foral (PSE)
«Si no llega a ser por la capitalidad, Vitoria sería un barrio de Bilbao»Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Vitoria, 45 años de capitalidad / 3
Javier Rojo | Ex presidente del Senado, teniente de alcalde y diputado foral (PSE)
«Si no llega a ser por la capitalidad, Vitoria sería un barrio de Bilbao»Javier Rojo ha sido presidente del Senado, teniente de alcalde de Vitoria, diputado foral y juntero. Pero hay una 'espinita' que se le quedó ... clavada: convertirse en alcalde en 1991. Sin embargo, recuerda con cariño su época como 'número dos' de José Ángel Cuerda en el Ayuntamiento -«aunque nuestras broncas se oían desde la plaza de España»- y también la previa (1979-83) como miembro del Gobierno foral. «Sin Emilio Guevara, Vitoria no sería lo que es».
- ¿Qué hubiese sucedido si no se llega a declarar Vitoria como la capital de facto de Euskadi?
- Seríamos más o menos un apéndice de Bizkaia, un barrio de Bilbao. Cuando tomamos la decisión estábamos pensando en exclusiva en Álava y afortunadamente acertamos para darle el impulso que necesitaba en aquella época. No fue una decisión sencilla o automática porque el aparato de los partidos no estaba en nuestra línea.
- Si llega a ser por la dirección de los partidos, ¿Bilbao sería la capital?
- Sí. Estuvieron trabajando en esa dirección. Fernando Buesa y yo actuamos desde el PSE de Álava sin hacer ruido para no generar tensiones en la opinión pública y junto al resto pusimos sobre la mesa una propuesta completa que finalmente fue aceptada. El papel de Emilio Guevara -diputado general en 1980 y portavoz del PNV en el Parlamento vasco- fue determinante porque actuó cargado de razones y valentía con el apoyo de un gobierno en el que estábamos representados todos los partidos, desde el PSE (Buesa y yo) y la UCD hasta la izquierda abertzale en la figura de Unai Goñi. Guevara nos repitió un millón de veces que nos tocaba convivir y compartir labor en un momento determinante para el futuro del territorio y la vida de sus ciudadanos.
- ¿Sería posible que la UCD pudiese compartir gobierno con la izquierda abertzale en la actualidad?
- Ahora todo es confrontación y bronca. Entonces, Guevara nos dijo que no hacía falta que nos quisiésemos entre los miembros del gobierno, pero que teníamos que esforzarnos en llevarnos bien, y acabamos la legislatura queriéndonos y respetándonos. Y eso que el terrorismo lo teníamos un día sí y otro también. Además, vivimos momentos muy complicados con infinidad de huelgas, la crisis industrial o la tensión militar que desembocó en el golpe de Estado del 23-F y, sin embargo, fuimos capaces de sacar los temas adelante.
- Finalmente se eligió una figura ciertamente abstracta como «sede de las instituciones» en vez de decir directamente «capital».
- Pero Vitoria es la capital de la comunidad autónoma. Eso es así, es irreversible. Me parece que tiene un plus muy importante que en la ciudad residan la mayoría de las instituciones comunes. Están el Parlamento, el Gobierno vasco, el Ararteko, Arkaute y todo lo que les rodea. La elección ha servido para vertebrar bien la comunidad autónoma y nos ha dado esa relevancia que yo creo que nos correspondía.
- ¿Dice que es irreversible?
- Aquí no se ha hecho como en Bruselas, donde las instituciones europeas son «provisionales» para que no se enfaden el resto de países miembros de la Unión Europea. Otra cosa es ver quién es el guapo que cambia la Eurocámara de ubicación, ¡que no tiene ruedas! La estructura de la comunidad autónoma se desarrolla alrededor de Vitoria y yo nunca pienso entrar en una discusión sobre el tema de la capitalidad.
- ¿No cree que hay que reformar el Estatuto para que se incluya de una forma literal que Vitoria es la capital?
- Yo no daría una batalla de ese tipo. Porque, de hecho, ya lo es y hasta contamos con un canon de capitalidad. Pues ya está. ¿Para qué vamos a discutir de lo que ya se debatió y es una realidad en nuestro día a día? En estos aspectos hay que funcionar con consensos, acuerdos, entendimiento y preservando la convivencia, y eso no creo que lo hiciésemos mal en aquel momento. ¿Algunas cosas podrían haberse hecho mejor? Seguramente. Siempre que tomas decisiones, te puedes equivocar, pero yo prefiero haber corrido ese riesgo que quedarnos sin hacer nada.
- ¿Se arrepiente de algún asunto que se quedó al margen en aquellas negociaciones?
- Foronda, sin duda alguna. Me parece que el aeropuerto de Vitoria fue una apuesta muy importante porque reúne todas las condiciones para ser el referente de la comunidad autónoma. ¿Qué ocurrió? Pues que Bizkaia se encontraba en los ochenta en una decadencia económica muy importante, y el transporte aéreo pasó a convertirse en una pieza fundamental. La toma de decisiones políticas tuvo mucho que ver con la presión de la Cámara de Comercio de Bilbao y el propio PNV vizcaíno, que tienen una potencia de la que nadie se salva. Fueron los dos elementos determinantes que claramente perjudicaron a Vitoria.
- Si no se hubiese elegido a Vitoria, ¿habría generado un conflicto entre territorios?
- Hubiese sido un problema para la propia comunidad porque habría faltado equilibrio ya que a renglón seguido se abordó la propia composición del Parlamento vasco, y se hizo fuerza para que Álava fuese igual que Bizkaia y Gipuzkoa. 25-25-25. ¿Por qué? Porque fuimos conscientes de que Álava era un territorio más pequeño y evidentemente si no partíamos con la misma fuerza que el resto de territorios íbamos a ser irrelevantes en las decisiones y la política. Aquella decisión fue el eje del éxito que ha tenido nuestra comunidad y en ese tema, como en la capitalidad, se consiguió al margen del criterio de los partidos.
- «Vitoria no es la capital de Euskadi. Esa situación no ha cambiado y hoy menos que nunca. Ni PNV ni EH Bildu van a renunciar al sueño de Pamplona», dijo Alfredo Marco Tabar hace una semana.
- Es que yo no entraría en más líos que bastantes tenemos en estos momentos. (Respira) Nadie te va a quitar nada. Armar bronca sobre esta cuestión no te va a llevar a ninguna parte y vas a provocar un debate estéril. Navarra es una comunidad autónoma que tiene su propio estatuto y su propia vida. Es lo que hay. Y yo creo que el concepto territorial de Euskal Herria es cada vez menos nacionalista. Los ciudadanos están mucho más integrados en la Unión Europea, en la convivencia con el resto del mundo, que mira más de puertas afuera que hacia dentro.
- Dice que cada vez somos menos nacionalistas y EH Bildu ganó en las últimas elecciones municipales en Vitoria.
- El resto de partidos se tendrá que preguntar por qué. Algunos errores se habrán cometido, ¿no? El ciudadano es soberano y vota lo que quiere. Escudarse en que gana el nacionalismo por la llegada de gente de otros territorios es simplificarlo demasiado. En estos momentos hay un descrédito y un desafecto por la política que es peligroso porque la gente está apartándose del día a día. Además, el tema de la vivienda o del empleo influyen más que el sentimiento identitario en por qué unos ganan y otros pierden.
- Usted vive a caballo entre Euskadi y Andalucía. El alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, ha dicho en alguna ocasión que él pagaría un canon por convertirse en la capital en vez de Sevilla.
- No es la misma situación. No se puede comparar. La capitalidad y que las instituciones estén aquí ha dado a Vitoria una relevancia muy importante. Málaga no necesita eso. Yo no voy a criticar el canon de Vitoria porque tienes que aportar una serie de servicios e infraestructuras que en otro escenario no se necesitaría.
Cuando Javier Rojo se casó, se mudó al cantón de San Francisco Javier, donde ahora están las rampas mecánicas para llegar hasta el Campillo. Guarda un fantástico recuerdo de aquella época. «Me parece que le da un toque antiguo a una ciudad llena de modernidad. Hemos conseguido mantenerlo», dice el exdirigente socialista. «Pocos recuerdan toda la inversión que se hizo para modernizar, sanear y quitar el cableado. Eso no lo ves en todas las ciudades. Hay cascos históricos muy pintaditos y demás, pero que mantienen los cables colgando y a eso hace décadas que le dimos solución en Vitoria», subraya. Rojo pasa buena parte del año en Estepona (Málaga), así que cuando vuelve a su ciudad aprecia los paisajes verdes y toda la naturaleza que lo rodea. «Fuimos capaces de mantener la esencia que nos valió para ser Green Capital», se enorgullece.
De sus cuatro décadas de trayectoria política, Javier Rojo guarda con especial cariño su paso por el Ayuntamiento de Vitoria. La 'espinita' que tiene clavada es que tras las elecciones de 1991 no pudo convertirse en alcalde. «Ir por la calle y que puedas observar el resultado de tus acciones políticas es lo más reconfortante», dice el socialista, que fue 'mano derecha' de José Ángel Cuerda durante los siguientes años.
La trayectoria política le llevó a Rojo a ser presidente del Senado y, por lo tanto, la cuarta autoridad del Estado entre 2004 y 2011. De aquellos años guarda muchos recuerdos. «Yo siempre he sido muy de Obama y se me ocurrió mandarle un facsímil del Cervantes. Conservo su respuesta que me pedía 'consigamos objetivos comunes y trabajemos en pro de una sociedad más justa'. Y fíjate ahora todo lo que rodea a Trump».
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.