Un cámara capta imágenes del altar improvisado levantado en la calle Júndiz en memoria de Cristian e Izaro. Jesús Andrade

Carreras ilegales en Vitoria

Investigan si el conductor del BMW que arrolló al coche de Júndiz competía con otro turismo

El joven que chocó contra los cuatro amigos da negativo en alcohol y drogas y se ha negado a declarar en la Policía Local. La copiloto del Polo que quedó destrozado está ingresada

Martes, 16 de enero 2024, 00:32

¿Un pique entre dos turismos de gran cilindrada o un único conductor que decidió llevar su BMW al límite? La investigación de la Policía ... Local de Vitoria trata de poner luz al accidente registrado la madrugada del sábado en la calle Júndiz, en el polígono industrial del mismo nombre, cuando este vehículo de alta gama embistió al Volkswagen Polo que se incorporaba a la carretera. Dos de sus cuatro jóvenes ocupantes fallecieron casi al instante. Cristian e Izaro, tenían 21 y 18 años y eran pareja. Su amigo Assad, que iba al volante, continúa «muy grave». La copiloto, Clara, también estaba ingresada al cierre de esta edición pero «fuera de peligro».

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El conductor del BMW está localizado. Vive en Vitoria, sólo sufrió rasguños, cuenta 23 años y se supone que no hay riesgo de fuga. Aún no se han presentado cargos en su contra pese a que el parte oficial de la Policía Local califica su conducción de «manifiestamente temeraria». Circulaba a una velocidad muy superior a los 50 kilómetros por hora marcados para esa recta. Un tramo que supera el kilómetro y ejerce de imán cada viernes para los amantes de quemar rueda.

Fuentes internas de la comisaría de Aguirrelanda aseguran que «al menos iba a unos 160 por hora». Lo cierto es que tras la brutal colisión –embistió al Polo por la puerta del conductor y lo arrastró «más de 30 metros»–, este joven se quedó en el lugar del accidente, ocurrido sobre las dos menos diez de la madrugada del sábado.

A la espera de su recuperación

Aunque algo aturdido, este veinteañero sí respondió inicialmente a las preguntas de las primeras dotaciones policiales, quienes priorizaron asistir a las víctimas. No en vano, los bomberos tuvieron que arrancar el techo del Polo para extraer a Assad, malherido y de quien el Ayuntamiento de Vitoria comunicaría «por error» su fallecimiento horas después.

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La copiloto salió por su propio pie. Poco después fue evacuada de urgencia a un centro hospitalario. Hasta ahora ha insistido a los investigadores en breves comunicaciones, debido a su estado, que ellos cuatro se acercaron a Júndiz sólo para presenciar los acelerones, piques y derrapes de otros vehículos, como hacen cada viernes otras decenas de jóvenes. El choque se produjo cuando se disponían a regresar a Vitoria, al incorporarse a esta calzada con cuatro carriles. Se le tomará una declaración más extensa cuando se recupere de sus heridas.

La copiloto del Polo embestido

En su primera declaración dijo que fueron a ver las carreras y trompos

Con la situación más controlada, los uniformados de la Guardia urbana sometieron a la prueba de alcohol y drogas al conductor del BMW. Dio «negativo en todo». También se mostró evasivo sobre los pormenores del trágico siniestro. Sobre las 3.00 horas, una ambulancia le trasladó a un hospital por precaución. Pronto recibió el alta y, al tenerle localizado, pudo irse a su casa a la espera de una citación oficial.

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Antes de que le comuniquen esa orden, la tarde-noche del domingo acudió a comisaría «acompañado por un abogado». Permaneció poco tiempo en dependencias policiales. «Informó de que se negaba a declarar», según ha sabido este periódico. Si se demuestra su presunta responsabilidad podría ser imputado por un delito contra la seguridad vial y dos homicidios imprudentes.

Si el BMW corría solo o contra otro turismo

Los investigadores han recogido las grabaciones de varias empresas en busca de alguna prueba

Sin la versión de este testigo clave, la investigación se centra ahora en recabar el mayor número de evidencias posibles para presentar a la autoridad judicial. Por eso, a lo largo de la mañana de ayer, agentes locales visitaron varias empresas ubicadas a lo largo de la calle Júndiz en busca de sus grabaciones de seguridad. Confían en que alguna cámara captara la secuencia de la colisión (o parte de ella). «Hablamos de un recta de casi un kilómetro, parece raro que un coche solo fuera a esa velocidad», consideran medios policiales. Lo único seguro es que no vio a tiempo al Polo ni a sus cuatro ocupantes.

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Desplazó el coche 30 metros

Cuando las patrullas alcanzaron el lugar donde se encontraban ambos automóviles, cerca de medio centenar de personas rondaba por los alrededores. Varios grababan con sus teléfonos móviles. La Policía Local apela a la colaboración ciudadana por si alguno de ellos vio el choque o captó imágenes. «Es momento de pensar en los cuatro chicos que iban en el Polo embestido», instan desde Aguirrelanda.

El turismo de alta gama les arrolló cuando se incorporaban a esta recta de casi un kilómetro de longitud en su tramo más largo. Habían acudido a ver los piques, derrapajes y frenazos entre los amantes de la gasolina. El conductor les golpeó en el lado izquierdo. Con tal violencia que desplazó el Volkswagen Polo, mucho más liviano, «entre 30 y 35 metros», apunta las primeras conclusiones de la Guardia urbana, competente en materia de tráfico en Vitoria.

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El concejal de Seguridad, Iñaki Gurtubai, insistió ayer en que, aunque el trabajo policial se halla en una fase «muy preliminar», ya se ha tomado declaración «a varios testigos». Aparte del estudio de las cámaras o de algún video personal que pueda llegar, la Policía Local realizará una reconstrucción del accidente que segó la vida a la pareja formada por Cristian e Izaro.

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