«Este inicio de curso es primordial hablar de cómo se siente cada alumno»

– El tercer curso escolar marcado por la pandemia llama a la puerta. ¿Cuáles son los retos a los que se enfrenta la escuela?

–Desde la Fundación SM hemos realizado un estudio con profesores y la conclusión es que hay cuatro retos principales. El primero y el que más preocupa es el bienestar emocional del alumno. El segundo gran reto es la formación en temas tecnológicos y el tercero, dentro de las competencias a trabajar con los alumnos, es el de aprender a aprender. Por último está todo el tema de la motivación intrínseca y de fomentar la responsabilidad personal.

–¿A qué se refiere con aprender a aprender?

–A darles a los alumnos herramientas para que sean capaces de construir su propio conocimiento de manera autónoma y puedan aplicarlo en contextos diferentes. No dárselo todo masticado. De todas las competencias de cara al futuro, esta es fundamental porque es la que nos va a ayudar a enfrentarnos a un mundo incierto donde los contenidos caducan. El alumno que triunfa es el que tiene herramientas para ir aprendiendo en situaciones diferentes dando respuestas cada día a la incertidumbre.

–Hablaba también del bienestar emocional. ¿Cómo se enfrentan los alumnos a retomar las clases todavía con medidas estrictas?

–A pesar de las medidas los alumnos quieren volver al colegio, tal y como recoge el estudio de SM. El aspecto socializador y emocional de estar con el resto de compañeros para ellos es fundamental, especialmente en los niveles más altos. La escuela ya no es solo un sitio físico (porque ha sido la cocina de casa, la habitación, el comedor...) y la necesidad de reencontrarse es muy fuerte.

–¿Cómo debe ser ese reencuentro y esa vuelta a la rutina?

–Muchos alumnos se han enfrentado a pérdidas familiares y han pasado momentos de duelo. Son mochilas psicológicas que arrastran y que deben ser tratadas y expuestas. Y los profesores exactamente igual, el grado de estrés que han soportado durante la pandemia ha pasado factura.

–¿Sería bueno los primeros días de vuelta al cole hablar de cómo se sienten antes que hincar el diente a la teoría?

–Es primordial. Siempre les digo a los profesores que lo que no se nomina no se domina. No se puede trabajar sobre algo de lo que no se habla. En este inicio de curso es muy importante dedicar espacios a hablar, en los que cada uno exprese cómo se siente y cómo está viviendo este proceso. De lo contrario la bola se hace cada vez más grande y puede explotar en cualquier momento.

Una asignatura pendiente

–¿Es la inteligencia emocional la asignatura pendiente de nuestro sistema escolar?

–Es cierto que en la mayoría de colegios no se imparte como tal sino como algo transversal. Pero lo ideal sería trabajar de manera explícita el tema emocional porque es fundamental a la hora de relacionarse con los demás. Y debería hacerse también en la sala de profesores, es clave evaluar no solo contenidos sino cómo estamos emocionalmente.

–Y las familias, ¿están preparadas para volver a sobrellevar confinamientos de sus hijos?

–No es fácil, pero sí que es verdad que las familias han recibido seguridad y acompañamiento por parte de los equipos docentes. Ahora tenemos más herramientas que antes para hacer frente a esta situación.

–Dígame una lección positiva que puede extraer la escuela tras dos cursos pandémicos.

–La escuela ha pasado de centrarse en lo urgente a hacerlo en lo importante. Ahora lo importante son las personas, el bienestar de cada uno, el acompañamiento... por encima de burocracia o las notas.