Vitoria, la capital de todo
Vitoria es tan pequeña que no se ve en el mapa…'. Así reza una canción popular vitoriana que solía entonarse, sospecho que el reguetón la ... ha desplazado, en las fiestas y eventos populares de nuestra ciudad. Y tenía más razón que un santo. Nuestra ciudad, por mucho que presumamos de capital verde o de capital de Euskadi, que no está mal, es pequeña en un mundo en el que cada vez se compite más entre urbes y en el que es necesario, por no decir imprescindible, atraer públicos desde fuera y generar marca para hacer crecer la economía local.
Uno de los caminos para construir una imagen de ciudad atractiva es lograr visibilidad a través de los eventos. Por nuestras características de localidad atractiva, con cultura, calidad de vida, gastronomía y espacios congresuales suficientes, debemos optar a abanderar este segmento y convertirlo en uno de los ejes de nuestra potencia económica, demasiado dependiente de la automoción y del empleo público.
Tenemos 'banderas' consolidadas que necesitan un impulso serio para no ahogarse en el mar de la indiferencia, como puede suceder con dos eventos venidos a menos de la talla del Festival de jazz y Magialdia. Hay que reforzar apuestas seguras en retorno de imagen como el Azkena Rock. Potenciar el FesTVal, que genera impactos multimillonarios con un presupuesto de risa. Sirva como ejemplo que el recién inaugurado South Series Fest de Cádiz, que compite en parte con el certamen de Vitoria, multiplica por cinco el presupuesto de la capital alavesa a pesar de ser su primera edición.
Es obligatorio apostar por proyectos incipientes con mucha proyección, como 'Poetas en mayo' o el recién inaugurado 'Tartalo', que corren el riesgo de nacer y morir con el impulso de sus ideólogos. Algo que ya hemos vivido tantas veces…
Seamos valientes con los presupuestos públicos. Impulsemos y facilitemos, y rasquemos el bolsillo, a los apoyos privados. Seamos la capital del rock; de la televisión; de la poesía; de lo fantástico en las artes; del jazz; de la magia… y de todo lo que se nos ocurra. Si es viable, adelante con ello.
Tenemos una ciudad que, a pesar de los achaques que le sacamos cuando nos ponemos cascarrabias, dispone de potencial para ser la capital del evento. Tenemos que contar con palancas que atraigan al público y la inversión. Hay que ser valientes y apostar contra los agoreros. Nos guste o no, el dinero viaja y deberíamos ser capaces de hacerle una buena 'pista de aterrizaje' en Vitoria para que venga y se quede. Hemos de lograr, con audacia y apoyo económico sin complejos, que se haga cierto aquello que culminaba la canción popular. Que quizás no se vea a Vitoria, 'pero bebiendo vino, a todo el mundo tapa'.
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