Kutxabank nos dejó un muerto en forma de edificio vacío que ahora ocupa en parte Euneiz. Iosu Onandia
Cosas veredes

Kutxabank descubre Álava

Lo cierto es que la entidad, le duela a quien le duela, ni está cerca ni se siente cerca. Lo saben los empresarios al pedir créditos

Domingo, 30 de julio 2023, 00:23

Como si de una expedición del siglo XV se tratase, Kutxabank se ha propuesto descubrir Álava. No sé si tendrán intención de venir desde la ... Gran Vía de Bilbao en carabela o simplemente se conformarán en, como hasta ahora, mirar a uno de los tres territorios vascos en catalejo desde su atalaya. Pero los nuevos dirigentes del banco que surgió de la fusión de las tres cajas provinciales se han fijado como objetivo estar en los tres territorios que son el germen de su existencia. Aunque sea, emocionalmente. Que tampoco hay que gastar dinero en diésel y peajes.

Publicidad

Según leímos en EL CORREO hace unos días en un confidencial firmado por Manu Álvarez, el corresponsal económico de esta casa, «Kutxabank hace gestos emocionales hacia Álava». Según la citada información, el nuevo presidente de la entidad, Antón Arriola, reunió a su comisión ejecutiva en Vitoria como «un gesto de estar cerca» de la población alavesa. Ojo a las palabras, que las carga el diablo. No es que estén cerca, es que hacen el gesto de estar cerca.

Ya, suena a perogrullada. ¿Quién podría imaginar que una entidad bancaria vasca, de repente, sintiese la necesidad de mirar a uno de los territorios vascos? Es como si unos padres con tres hijos se diesen cuenta un día de que a uno de ellos, por lo que sea, lo tienen famélico y sin escolarizar. Asombroso. Y le ha sucedido a una entidad que procede de las instituciones públicas.

Lo cierto es que Kutxabank, le duela a quien le duela, ni está cerca ni se siente cerca. Y no es una cuestión de imagen, lo que ahora se llama 'branding' o 'marketing' o no sé qué en inglés. Son los números los que cantan. Y no precisamente canciones de Donnay,

Publicidad

Los empresarios alaveses, siempre en 'petit comité' y sin meter ruido no se vaya a molestar alguien, ratifican que ya no se accede al crédito a nuestras empresas como antes. Que se ha perdido la interlocución y que obtener financiación en un banco que debería tener piel local se ha convertido en una hazaña casi imposible. Justo lo contrario de lo que necesitan los emprendedores.

La Vital, y con esto no defiendo la existencia de una caja pequeña de provincia pero sí su forma de actuar, era un entidad cercana que entendía y confiaba en el territorio. Tener a sus directivos en Álava ayudaba a comprender sus necesidades. Kutxabank, por contra, es un ente lejano. Que hagan reuniones puntuales para hacer «un gesto de estar cerca» lo confirma. Se entiende que las entidades crezcan, que se unan para ganar músculo… ¿Pero de qué sirve ese peso si no revierte en su territorio por igual, si las tres tierras de Kutxabank -obviando la marcianada de tener presencia en Córdoba- no obtienen la misma atención?

Publicidad

Hasta ahora, lo que sabemos de Kutxabank por estos lares es que nos dejó un muerto en forma de precioso edificio vacío durante años -ahora ocupado en parte por Euneiz- en los humedales de Salburua. La 'gracia' de su construcción fue de la Caja Vital de Gregorio Rojo, pero no darle salida posterior a pesar de tener ofertas para venderlo corresponde en exclusiva al equipo de Gregorio Villalabeitia, anterior responsable del banco vasco.

Es justo reconocer que hay otro lugar en el que la Fundación Vital tiene una presencia significativa. La obra social sobre la que la 'supercaja' vasca articula su brazo más solidario es propietaria y gestora del Estadio. Esas piscinas, gimnasios y pistas polideportivas que tienen una matrícula de entrada de unos 700 euros y una cuota anual en el entorno de los 300 'lereles'. Desde luego, para todos no sé si es… eso sí, mola mucho. Es una obra social con y de clase.

Publicidad

Pero que nadie se rasgue las vestiduras, que lo que le sucede a Kutxabank es lo mismo que pasa en EITB. Que son de todos, pero no están con todos. Y alejen de mí el gen provinciano, pero que tampoco nos hagan tragar con ruedas de molino. Que luego llegan las urnas y algunas siglas, vaya usted a saber por qué, reciben la misma frialdad que algunos tótems vascos dan a este territorio.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Accede todo un mes por solo 0,99€

Publicidad