Ibarguren, el pueblo alavés dividido con 29 vecinos y seis candidatos a alcalde
Jesús Martínez Urra lleva en el cargo desde 2005 aunque algunos habitantes le acusan de mala gestión. El concejo ha duplicado su censo en cuatro años
B. Mallo
Martes, 4 de noviembre 2025, 00:47
Las elecciones en los concejos de Álava que se celebrarán el 23 de noviembre tendrán un foco de atención especial en Ibarguren, el pueblo que ... vive dividido por el conflicto que enfrenta a dos facciones de vecinos que se acusan entre sí de distintos delitos. Hasta seis candidatos se han presentado para presidir la junta administrativa de esta localidad de Asparrena después de que en 2021, en los últimos comicios, no hubiese un mínimo de aspirantes y la votación se realizase de manera directa entre los vecinos. Repite presencia en la plancha quien viene siendo el alcalde pedáneo desde 2005, Jesús Martínez Urra, así como las dos mujeres que han liderado la lucha por tratar de desbancarlo:Ana María Berasategui y Suremy Mederos. La lista de aspirantes la completan María Purificación Berasategui, Macarena Peláez y Enrique Urteaga.
El desencuentro viene de tiempo atrás, pero saltó a la luz mediática en mayo cuando las dos mujeres denunciaron públicamente al regidor. Cuando EL CORREO visitó esta localidad entonces, aseguraron que lo hicieron por lo que consideran que es una «mala gestión» del concejo y aseguraban que es «un chanchullero» con el dinero.Pero también han tramitado denuncias por «acoso y maltrato animal».
Los datos
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Elecciones El próximo 23 de noviembre los 33 concejos de Álava elegirán sus nuevas juntas administrativas.
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Ibarguren Jesús Martínez lleva presidiendo este concejo desde 2005 aunque hay quien la acusa de mala gestión.
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Situación Seis personas se han presentado para presidir este pueblo, que ha pasado de 12 a 29 habitantes en 4 años.
Eso sí, el propio presidente mostró a este periódico una sentencia con multa económica de 2.500 euros a una de sus opositoras por el ataque de uno de sus perros a un niño que se encontraba alojado en la casa rural que él mismo regenta. De la misma manera que remarcó que su gestión «cumple la norma foral», tal y como reconoció también el diputado general, Ramiro González.
En la visita de este medio, las dos mujeres que se oponen al actual presidente señalaron hay vecinos que han abandonado el pueblo por la presión a las que les comete: «Algunos se han ido porque les hace la vida imposible», sostuvieron.
Esta afirmación choca frontalmente con el número de habitantes llamados a las urnas el día 23. En las últimas elecciones, en 2021, el censo de vecinos con derecho a voto alcanzó las 12 personas. Ahora la cifra de posibles votantes ha ascendido hasta los 29. Un crecimiento del 242% en solo cuatro años en un pueblo que no cuenta apenas con nuevas viviendas. «Gana siempre porque son nueve contra cuatro, y la mayoría de los que le apoyan son de su familia o los tiene asustados», remarcaban Ana María y Suremy.
Un desequilibrio que, con la nueva población censada, puede cambiar ahora de bando. «Si salen ellas, veremos cómo está el pueblo en dos años porque lo único que quieren es que se hunda», denunciaba el alcalde, ya preocupado por este incremento del censo que sabe que le perjudicará en la votación.
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