Hallan en Álava una granada de gran calibre en un envío postal interceptado en Júndiz

La Guardia Civil de Álava ha intervenido una granada de lanzagranadas en un envío postal interceptado en el polígono de Júndiz, en Vitoria. Agentes de la Intervención de Armas y Explosivos de la Comandancia de la Guardia Civil del territorio fueron alertados este mes del sorprendente hallazgo. El material explosivo se detectó en un paquete sospechoso que llegó al Centro de Tratamiento Automatizado (CTA) que Correos tiene en ese área industrial. Las alarmas se dispararon cuando se observó la presencia en su interior de «un objeto que pudiera tratarse de un proyectil de gran calibre».

Personal del Cuerpo acudió a las instalaciones. Los agentes comprobaron que podría tratarse de «una granada de instrucción contracarro modelo instalaza M-66». En otras palabras, un artefacto carente, «aparentemente», de los elementos y componentes necesarios para poder estallar. El artefacto fue intervenido y depositado en dependencias del Grupo de Desactivación de Explosivos de la Comandancia de la Guardia Civil de Bizkaia que, como unidad especializada, ha sido la encargada de realizar un estudio detallado del mismo.

Ese tipo de hallazgos puede llegar a implicar una sanción de entre 601 y 30.000 euros. En caso de tener dudas sobre la legalidad de la tenencia o el envío de este tipo de material, se recomienda a la ciudadanía ponerse previamente en contacto con la Intervención de Armas y Explosivos más cercana, donde les facilitarán toda la información que precisen.

No es la primera ocasión que se detecta una granada en el centro logístico de Júndiz. El pasado 22 de noviembre, en las instalaciones ubicadas en el número 3 de la calle Luzuria, los escáneres detectaron contenido sospechoso en un paquete con destino a Alemania, con un peso cercano a los dos kilos, en los que el remitente aportaba una descripción que se refería a diversas piezas de ropa. Lo llamativo es que se apreciaba también un texto y una imagen en la que se hacía referencia al conflicto en Ucrania y, más en concreto, a un episodio que se produjo en abril de 2022: el hundimiento del crucero 'Moskva', buque insignia de la armada rusa en el mar Negro, que quedó destruido por el impacto de un misil Neptuno del ejército ucraniano.

Se solicitó, de inmediato, la presencia del GEDEX (Grupo Especial de Desactivación de Explosivos) de la Guardia Civil del País Vasco. El artefacto que hallaron, una granada mortero 9N235 de fabricación rusa y diseñada para atacar a personas y vehículos con cierto grado de blindaje y, a priori, prohibida por los tratados internacionales. La pieza parecía inutilizada pero se hacía necesario comprobar el nivel de material explosivo que contenía. En su exterior se podía leer la incripción 'YKPAYHA' (Ucrania) en ucraniano, simulando la forma de un corazón.

Una vez analizado el artefacto, el Ministerio del Interior informó el pasado mes de enero que la granada se encontraba desprovista de la mayor parte de su carga explosiva. Aun así, tenía la consideración de «arma de guerra» y, por tanto, se procedió a denunciar administrativamente a las personas responsables del envío.

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