El Gobierno vasco exigirá al Consejo Regulador que le ceda «de buena fe» la marca Rioja Alavesa

«Entendemos que la marca de Rioja Alavesa tiene que estar en manos de empresas e instituciones vascas», ha reconocido la consejera Tapia quien, con su propuesta, vino a recoger el guante que el pasado mes de septiembre le lanzaron los junteros de EH Bildu Kike Fernández de Pinedo y la propia Eva López de Arroyabe. Ya entonces desde la coalición soberanista en la Cámara foral se instaba al Ejecutivo autonómico «poner en marcha un procedimiento jurídico para recuperar la marca 'Rioja Alavesa'».

Lakua ha movido ahora ficha en este sentido. Con un matiz. En lugar de judicializar el asunto, el equipo de Tapia ha optado por explorar en primer lugar el camino «de la buena fe, con voluntad de acuerdo», ha subrayado la consejera que, al mismo tiempo deslizó que la exigencia a Logroño de transferir la marca es solo «la primera actuación». Así, la consejera dejó entreabierta la puerta, de una forma en absoluto sibilina, a llevar al pedregoso terreno judicial un asunto que hunde sus raíces en la aspiración de contar con una denominación propia, fuera de Rioja, para las bodegas alavesas.

Tal y como ha recordado López de Arroyabe, hace 20 años el Consejo Regulador registró el nombre 'Rioja Alavesa' «para uso alimentario y de vinos» en España, dado que es una de las tres subzonas –ahora se denominan simplemente zonas– en las que está dividida la Denominación, junto a Rioja Alta y Rioja Baja, ahora llamada Rioja Oriental. Hace dos, «fue más allá» y solicitó a la Oficina de Propiedad de Intelectual de la Unión Europea la inscripción para otras categorías. El Consejo cuenta con autorización para el uso en Europa del nombre y la marca 'Rioja Alavesa' en diversos artículos, como bolsas, envases o piezas de arte. «Supone un ataque, una usurpación a toda la comarca mientras que el Gobierno vasco y la Diputación alavesa están callados y miran hacia otro lado», censuró la parlamentaria soberanista.

Más allá del árido embrollo por la titularidad de marcas, resulta imposible obviar que este asunto tiene una dimensión que desborda la copa del sector vitivinícola hasta empapar el mantel político. La pugna de las fuerzas nacionalistas tanto en el sector como en la zona, las aspiraciones por contar con denominación de origen vasca, forman un 'coupage' de alta graduación y muy difícil digestión que fermenta en las barricas del enfrentamiento enconado que tuvo su muestra más evidente el pasado mes de abril, cuando, en una asamblea a la que solo asistieron 20 de los 110 miembros de la Asociación de Bodegas de Rioja Alavesa (ABRA), se decidió cambiar de nombre a Asociación de Bodegas de Euskadi. Apenas 10 de los asistentes votó a favor.

Para reconducir la situación de ruptura, la Diputación alavesa acostumbra a dirigir su mirada a denominaciones extranjeras que han conseguido, armar, el complejísimo puzzle de la identidad propia de cada zona, con sus peculiaridades, dentro de un marco más amplio. En este sentido, el diputado general, Ramiro González, acostumbra a poner como ejemplo a Burdeos, que ha logrado articular un complejísimo entramado de 65 denominaciones, con cierto grado de autonomía, bajo el paraguas de una gran marca global como Vinos de Burdeos.

Sin embargo, la realidad parece transitar por otros derroteros, muy lejos de la concordia que se respira en la región vitivinícola más famosa del mundo. La junta directiva de ABRA sorprendió al sector alavés al proponer la creación de una denominación de origen propia, fuera del ámbito de Rioja y que se llamaría Viñedos de Álava-Arabako Mahastiak. La consejera Tapia ya adelantó que la propuesta «puede tener su recorrido» al tiempo que reconoció que «crear una denominación desde cero puede tener sus dificultades».

Por su parte, fuentes del Consejo Regulador consultadas por este periódico acerca de esa exigencia «de buena fe» con la que ha salido al paso la consejera Tapia evitaron realizar, al menos de momento, valoración alguna. La propuesta de la jeltzale sí obtuvo una respuesta, bañada en el escepticismo, por parte de EH Bildu. «Habla usted de buena fe en el Consejo Regulador. Pues no será por lo que nos ha demostrado hasta ahora, porque buena fe, lo que es buena fe el consejo regulador no ha demuestrado nunca», ha remachado la parlamentaria López de Arroyabe.