Juicio por lesiones

«Me giré y sólo recuerdo estar en el suelo lleno de sangre», dice otra víctima del portero acusado de matar a un joven en Vitoria

Las casi dos horas de vista oral giraron sobre si el acusado –que aparte del «homicidio y/o asesinato» de K. V. tiene otras dos causas pendientes– pegó a su víctima o si ésta se cayó. El agredido, un hombre de mediana edad que la noche de los hechos andaba de fiesta, relató ante la jueza sustituta Eider Retegi que «al entrar al pub me negó la entrada y le pedí explicaciones». En ese momento ocurrió el supuesto ataque. «Me giré para irme y ya sólo recuerdo estar en el suelo lleno de sangre», se arrancó.

Durante su declaración, la víctima insistió en que recibió «un golpe muy fuerte» sin especificar dónde. El parte médico posterior reflejó una brecha en su ceja derecha, que precisó de cinco puntos de sutura. Sin embargo no vio quién le atacó, aunque en la escena sólo estaban el acusado, otro encargado de seguridad y un amigo suyo. «No me caí solo», subrayó a otra de las preguntas de la fiscal Camino Méndez, quien solicita una pena de diez meses de cárcel para el sospechoso. En un momento dado, el denunciante pidió parar unos minutos al sentirse mareado.

Por su parte, el amigo que le acompañó aquella noche tampoco vio la supuesta agresión. «Estábamos dentro y salimos a fumar. Al entrar, a mí me dejaron pasar y a él, no. Cuando me di la vuelta, mi amigo estaba en el suelo». Sin embargo, «no vi el golpe». En este punto, precisó que la víctima, aunque «había bebido no pudo caerse solo».

La versión del portero, de 24 años y corpulento, fue totalmente opuesta. Negó golpe alguno. «Unas chicas nos contaron que un hombre las estaba acosando. Salió con otro varón, ambos estaban muy ebrios, les vi meando enfrente y al volver le prohibí entrar», especificó.

Según el procesado, la víctima «me insultó». Ahí «le estiro el brazo completamente, en posición horizontal, y con ese brazo le acompaño hacia fuera». Siempre desde su perspectiva, «avanzó dos metros, tropezó y cayó al suelo». Apostilló que «la caída es muy posterior a cuando le toco». Dos clientas, ambas muy jóvenes, corroboraron que pidieron ayuda al equipo de seguridad del pub para que la víctima las dejara tranquilas.

Una perito forense contó que el denunciante «presentaba una herida perfectamente compatible con un puñetazo». Aunque, durante su interrogatorio, no se cerró a una hipotética caída.