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Borja Mallo
Miércoles, 12 de febrero 2025, 17:08
La fundación que gestionará el Memorial del 3 de Marzo sale por fin del laberinto burocrático. Cuatro años después de que las instituciones alavesas presentasen ... su intención de convertir la iglesia de San Francisco de Asís en un museo sobre la masacre de 1976 en Zaramaga y doce meses desde que fuese constituida ante notario, este nuevo organismo ha alcanzado el rango de oficialidad y por fin puede empezar a funcionar. La Comisión Asesora del Protectorado de Fundaciones validó sus estatutos la semana pasada y ayer se completó su inscripción en el registro, el último trámite que faltaba para su puesta en marcha. A partir de este momento, ya puede empezar a dar pasos reales para sentar las bases del nuevo proyecto.
La primera actuación ineludible es la rehabilitación de la iglesia, que sufre desperfectos tanto en su zona interior como en la fachada y el tejado. El objetivo es que el recinto esté saneado para el 3 de marzo de 2026, cuando se conmemora el cincuenta aniversario de la trágica entrada de la Policía Armada en el templo en el que tenía lugar una asamblea de trabajadores en huelga y que acabó con cinco fallecidos (Pedro Mari Martínez Ocio, Francisco Aznar, Romualdo Barroso, José Castillo y Bienvenido Pereda).
Pero, al mismo tiempo que se lleva a cabo esta rehabilitación, durante los próximos meses los patronos delMemorial tienen que determinar qué planteamiento se va a aplicar en su desarrollo. Desde el Gobierno vasco, uno de los miembros de ese comité, se tiene claro que el primer paso es confeccionar un plan estratégico que determine qué contenido se le va a dar.
En este sentido, y más allá del necesario espacio museístico para el recuerdo de los sucesos de la iglesia de San Francisco, desde el Ejecutivo autonómico se plantea la idea de que el proyecto sirva para explicar «toda una época que sirvió para plantar las bases del actual Estado democrático».
«La fundación tiene que servir para explicar cómo hemos construido la sociedad democrática actual y utilizar el hecho traumático del 3 de Marzo como parte de todo esto. La memoria no se puede quedar solo en lo que sucedió ese día en concreto, que es muy importante, sino que deberíamos trascender a eso y aprovechar para tener un espacio que explique todo lo que ocurrió entonces en Euskadi», detalla Alberto Alonso, director de Gogora y miembro del patronato.
Desde el Gobierno vasco se entiende que este espacio tiene que servir para explicar cómo era la sociedad de aquella época y cómo fue dando pasos desde la dictadura a la democracia. «Nuestra idea es que la fundación explique todo ese magma que entra en ebullición el 3 de marzo del 76, que sea el espacio de los movimientos sociales en Euskadi y que nos sirva para construir ciudadanía explicando a las nuevas generaciones que los derechos de los que disfrutamos actualmente no nos los han regalado y que costaron vidas», explica Alonso.
Las protestas de los obreros, la migración de personas para trabajar en la industria o la aparición de la conciencia de barrio con las asociaciones vecinales, pero también los cambios en el seno de la Iglesia tras el Concilio Vaticano II o los movimientos feminista y LGTBI componen ese cuadro que se dibujó entre los estertores del Franquismo y el inicio de la Transición. Desde el Ejecutivo autonómico, se entiende que hay poner de relieve todo eso dentro delMemorial.
Para conseguir este gran espacio, desde el Gobierno vasco se considera fundamental dibujar un «mapa de colaboradores», empezando por los departamentos de Historia de la UPV y la Universidad de Deusto, y poner el foco en otros espacios similares que ya estén en marcha. De la misma manera, plantea la necesidad de contar con la Secretaría de Estado de Memoria Democrática y tener presencia en el programa 'España en libertad. 50 años' del Gobierno central.
Las asociaciones de víctimas Martxoak 3 y Memoria Gara tienen un papel relevante como patronos de la Fundación 3 de Marzo y presentarán sus propias ideas para determinar el futuro del mismo. En estos momentos están recopilando patrimonio material y testimonios para el museo y han contactado con asociaciones similares para guiarse. Además, proponen un estudio arqueológico del edificio para tratar de hallar restos del día de la tragedia.«Lo primero que hay que hacer es un estudio arqueológico del edificio, ver qué marcas hay de la masacre en las paredes, excavar el foso para ver qué aparece también. Puede haber patrimonio material importante porque ese foso que existía lo taparon y creemos que ahí podríamos encontrar restos», detalla Nerea Martínez Aranburuzabala, representante de Martxoak 3.
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