Frederic Alzola deja la gerencia de la plaza de Abastos de Vitoria después de tres años

Martínez de Guereñu fue director de Promoción Económica y Empleo del Ayuntamiento de Vitoria con Javier Maroto como alcalde y también gerente de la asociación de comerciantes Gasteiz On entre los años 2000 y 2005, por lo que tiene experiencia en el sector comercial. Este licenciado en Empresariales por la Universidad del País Vasco EHU con máster en Dirección de Logística Integral fue anteriormente presidente de Garapen (Asociación Vasca de Agencias de Desarrollo local) y director de Geoestratecnia S.L, donde trabajó en proyectos de colaboración público - privada aplicados al desarrollo local.

También ejerció como gerente de la delegación alavesa de Christian Salvesen y entre 2005 y 2006 fue gerente de la Fundación Baskonia trabajando en proyectos para la promoción del deporte base en Álava. En esta nueva etapa uno de sus retos más inminentes será la celebración de los 50 años de Abastos en su ubicación actual, una efeméride para la que todavía no se han concretado actos o actividades.

Además tiene por delante el reto de dotar de actividad la azotea del edificio, a la espera de la aprobación definitiva del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), que concretará los usos que se le podrán dar. El espacio, con gran atractivo, ha acogido actividades puntuales como presentaciones, desfiles, conciertos, entregas de premios o cenas temáticas. Sin embargo, no tiene actividad continuada como la que podría aportar un local hostelero.

Salvo sorpresa de última hora, Martínez de Guereñu tomará en los próximos días el relevo de Frederic Alzola, que en abril de 2022 asumía la gerencia del mercado vitoriano con el reto de aportar más vida al edificio y atraer turistas. En la actualidad los 35 puestos del espacio (el 100% de los disponibles) se encuentran en funcionamiento dando trabajo a 160 personas. El 68% de los empleados son mujeres y la edad media de la plantilla es de 45 años. Trabajan cada día tras el mostrador de carnicerías, pollerías, charcuterías, pescaderías, fruterías, queserías o puestos de encurtidos que atraen cada semana a 45.000 personas, una cifra récord en su historia y que casi se ha duplicado en una década.