«La Florida es un parque modesto en cuanto a extensión pero muy relevante»
Coautor del libro 'La Florida, 200 años de historia' ·
Una cuidada publicación de 160 páginas recoge la creación, evolución y curiosidades de este enclave vitoriano en el año de su bicentenario160 páginas de historia, fotos antiguas, fechas relevantes, curiosidades y anécdotas conocidas por muy pocos. Eso es el libro 'La Florida, 200 años de ... historia' editado por el Ayuntamiento de Vitoria y la Diputación Foral de Álava. Se han impreso 1.700 unidades que estarán a la venta por 10 euros en diferentes librerías. Mario Sáenz de Buruaga, biólogo de profesión, es junto con Miguel Ángel Domingo el autor de esta obra digna de coleccionista que se publica en el año del bicentenario del parque.
–Este libro vio la luz originalmente hace 20 años, ¿estamos ante una edición mejorada?
–En aquella ocasión la publicación se dividió en dos volúmenes, uno dedicado a la historia y otro a la parte botánica. Ahora estamos ante una versión mejorada y actualizada con lo que ha pasado estos últimos 20 años. La Florida es un parque modesto en cuanto a extensión pero muy relevante en la historia de Vitoria.
–¿Cómo ha sido el proceso de búsqueda de información?
–Hemos pasado muchísimas horas leyendo los archivos municipal y provincial y hablando con diferentes cronistas de la época, sobre todo Venancio del Val. Hemos tratado de quedarnos con lo más relevante y atractivo para un lector vitoriano, ya que este no es un parque al uso y en él han ocurrido multitud de cosas. Desde fusilamientos en la Guerra Carlista a tener los primeros invernaderos de la provincia, un criadero de truchas... Los jardineros mayores viajaron hasta París para buscar información sobre nuevas plantas y diseños de setos y fuentes.
–¿En qué contexto nace La Florida?
–El primer antecedente es el espolón que estaba en lo que hoy son las calles Prado y Diputación. Ese lugar de esparcimiento se crea e 1778 pero después la ciudad crece y es sacrificado. Los vitorianos pedían otro espacio así y por eso en 1820 comienza a construirse extramuros del Convento de Santa Clara, hoy el Parlamento. Enseguida se crea lo que es la elipse aunque el kiosco se hace muchísimo después.
–Lo que está allí casi desde el principio son las imponentes estatuas de los Reyes Godos, ¿por qué cuatro Reyes Godos?
–Fue una petición del Ayuntamiento de Vitoria al Rey Fernando VII por la lealtad de la ciudad durante la invasión napoleónica. Se eligieron estas cuatro estatuas que estaban en el Palacio Real por su tremenda mole, por ser tan aparentes y espectaculares. Su traslado desde Madrid hasta Vitoria fue complicado, varios licitadores se echaron atrás porque decían que sus carretas no podían aguantar ese peso: casi 3.500 kilos cada una.
–¿Qué supuso para la sociedad de la época la creación de un parque así en la ciudad?
–Se convirtió en un lugar de ocio y de cierto furtivismo amoroso, ya que una buena iluminación no llegó hasta principios del siglo XX. La Policía vigilaba a las parejas y también los bailes en el kiosco para que no hubiera demasiado acercamiento. Comprobaban que había al menos 30 centímetros entre las parejas de baile.
–¿Cuáles diría que han sido los grandes hitos de La Florida?
–En primer lugar su diseño botánico, que hace que se mantenga como un lugar de referencia en cuanto a vegetación. También su vinculación al Festival de Jazz, que fuera elegido para ubicar allí la Casa de Cultura y por supuesto, la construcción del Parlamento vasco en 1980.
Fusilamiento
–Hablaba del diseño botánico. ¿Cuántas especies de árboles diferentes pueden encontrarse?
–Al menos 50. Entre ellas un haya de hoja mixta ubicada junto al Parlamento que es de visita obligada por su exotismo y su enorme envergadura. Además, en este parque ubicado en pleno centro de Vitoria se crían y reproducen no menos de una treintena de especies de pájaros, ¡rodeados de cemento!.
–Terminemos con alguna curiosidad que crea que es poco conocida.
–Quizás este suceso, aunque no sea el más agradable. Estoy pensando en el fusilamiento de Manuel Montes de Oca, Ministro de la Marina y el Comercio, durante la Guerra Carlista. Un consejo de guerra decidió fusilarlo tras haberse alzado contra el general Espartero en el año 1841. Lo hicieron junto a lo que hoy es el Parlamento vasco.
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