«La ficción me permite algo maravilloso: no mirarme el ombligo, inventar»
La autora malagueña cierra este viernes el ciclo 'Cita con la poesía' con la presentación de su nuevo libro, 'Frío polar', en la Casa de Cultura Ignacio Aldecoa de Vitoria
Iñigo Linaje
Viernes, 30 de mayo 2025, 00:10
La poeta y novelista Isabel Bono (Málaga, 1964) será la encargada de cerrar la decimonovena edición del ciclo 'Cita con la poesía', que organiza Ángela ... Serna. La autora andaluza, que llega a Vitoria con un libro nuevo recién editado, 'Frío polar' (Tusquets), ofrecerá este viernes una lectura a partir de las 19,00 horas en la Casa de Cultura Ignacio Aldecoa. Bono, que ha publicado más de treinta poemarios desde 1996 (ese año apareció 'Hombre lento') no es una autora compulsiva, a pesar de que pueda parecerlo. De hecho, ha tardado más de una década en dar forma a su último libro.
'Frío polar' es una obra de duelo dedicada a su amigo –y también poeta– Antonio Muñoz Quintana y coincide con el décimo aniversario de su muerte. «Me parecía bonito que saliese ahora; además, cuando termino de escribir, me gusta dejar reposar los libros para ver si resisten el paso del tiempo», afirma la escritora. 'Frío polar' viene precedido por una cita de Ledo Ivo y un prólogo de Fernando L. Chivite, que retrata a la autora y hace hincapié en el carácter elegíaco del tomo. Otro escritor, Agustín Calvo, dice que en las creaciones de Isabel Bono el desasosiego se convierte en «dulzura amarga». Y es que –como afirma Cioran– en la pena todo se vuelve alma.
– Su poesía, en general, es elegíaca, triste, melancólica… En su libro 'Lo seco' nombra el miedo y el dolor como elementos «desencadenantes» de la creación. ¿La poesía verdadera nace de ahí?
– No sé si mi poesía es elegíaca, pero me gustaría saber de dónde nace, entre otras cosas, para tener la opción de abrir y de cerrar esa puerta. Normalmente, cuando estoy anímicamente bien, no escribo: me dedico a estar bien. Es en los momentos de soledad y de dolor cuando la puerta de la poesía se abre. Es ella quien tiene la llave, no yo.
– ¿Cómo ve a las nuevas generaciones y, por otro lado, a las pasadas (en muchos casos, ya acomodadas y autocomplacientes) en la actualidad?
– Creo que la poesía vive un buen momento, aunque solo sea por la cantidad de poetas que hay. De la cantidad suele surgir la calidad. Otra cosa es que en esa cantidad se cuelen falsos y falsas poetas que, subiendo un vídeo bonito a YouTube, den el pego. Pero soy optimista y creo que siempre surgirán buenos poetas…A pesar de que, con la edad, y no solo en poesía sino en cualquier campo, todos tendemos a acomodarnos.
«Es en los momentos de soledad cuando la puerta de la poesía se abre. Ella tiene la llave no yo»
Ganadora del premio Café Gijón en 2016 con su primera novela, 'Una casa en Bleturge' (Siruela), Isabel Bono, que compuso su primer cuento a los siete años, escribe prosa a diario desde los nueve. Sin embargo, nunca quiso compartir –quizás por pudor, quizás por autoexigencia– sus relatos con nadie. Solo cuando leyó al noruego Kjell Askildsen vio que quería escribir como él, «con un bisturí en la mano», y, de esa manera, nació su primera novela. A raíz de ganar el premio empezó a tener más seguridad en sí misma y a compartir sus creaciones con los demás, aunque «a mí la seguridad me dura poco», confiesa. Después de su debut en la ficción, llegaron 'Diario del asco' (2020) y su última novela hasta la fecha, 'Los secundarios' (2022), ambas editadas por Tusquets.
– ¿Cuándo nace la Isabel Bono narradora y por qué? ¿Qué le permite la ficción que no le permite la poesía?
– Siempre he querido escribir narrativa. Fue la poesía la que apareció sin llamarla. La ficción me permite algo maravilloso, que es no mirarme al ombligo, no hablar de mí, inventar. Me lo paso en grande inventando. Disfruto mucho más escribiendo ficción que poesía.
– ¿Qué significa para usted, después de treinta poemarios publicados, seguir escribiendo poesía?
– La verdad es que publicar me aporta muy poco. Al principio, sí, por esa especie de seguridad que te da, pero ahora preferiría ir guardando y que se publique (si alguien quiere hacerlo) cuando yo ya no esté. A mis amigos les digo que estoy entrando en «modo Salinger». Y no lo descarto. x
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