El Estadio inaugura su nuevo edificio con una fiesta a pedales

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Buena parte de esos casi 20.000 socios pasaron por el complejo en una jornada de visitas guiadas que estuvo acompañada de actividades de pilates, bodypump, zumba, yoga o HIIT, así como de música, de la mano del grupo Búfalo Club, el humor de Gorka Aguinagalde y una fiesta en la que sonaron los 'hits' de los 80 y 90. «No parece un gimnasio ni tampoco un club deportivo al uso», comentaba Juan Geijo (48 años), con el carnet desde los 14 años. Reconocía que no había visto un «cambio tan brutal» en la arquitectura del club hasta ahora. ¿Visto bueno? «Es asombroso. Se nota que todos los detalles se han trata con mucho mimo», decía Geijo, que también pedaleó por la tarde en una de las clases de spinning programadas.

En la primera planta, la antigua pista de frontenis se ha reconvertido en dos espectaculares nuevas salas. La primera cuenta con 75 modernas bicicletas, aunque se pueden ampliar a 105. De hecho, las grandes pantallas, luces led, focos y unos potentes altavoces otorgan al espacio de una atmósfera que recuerda a una buena discoteca. De hecho fue el escenario elegido para esa 'party' de bienvenida.

Como destacó hace unos días Jon Urresti, presidente de Fundación Vital, este cambio se adapta a los tiempos. «Nuestra forma de hacer deporte ya no es la misma que hace veinte o diez años y estas instalaciones suponen una evolución para nuestros abonados». En una de las últimas visitas guiada por el espacio precisamente se colaron Jon Errazti y Miren Eguren, que forman el estudio Embora Estudio, encargado de la reforma. No hay esos azules de vestuarios clásicos ni paredes desconchadas. «La idea era que fuera muy confortable, tranquilo y que la luz sea cálida», explicaba Eguren tras la visita de una veintena de socios pasadas las siete de la tarde. Para Embora, estudio que ha colaborado con equipos como el del reputado con Norman Foster, es su primera «gran reforma» y se encargarán también de la reforma del edificio principal que echará a andar en enero. Entre las novedades de esos próximos pasos se encuentra la construcción del spa «más grande» de Euskadi.

Al salir de la sala donde se practicará el llamado 'HIIT' –un entrenamiento de alta intensidad con sacos, cintas de correr y pesas–, Errazti y Eguren contaban que se han mantenido del anterior edificio como la piedra, que se puede ver a la entrada del complejo. «Una profesora de deporte nos ha contado que tiene una alumna que su padre hizo este muro de piedra. Cuando ha visto que lo había respetado se ha emocionado».

El complejo vitoriano, integrado con el trinquete, cuenta con cinco salas destinadas a actividades dirigidas. En la segunda planta, destinada a actividades 'dulces', se ha diseñado un espacio polivalente de 500 metros cuadrados junto con otros para yoga y pilates de 330 cada uno con suelos laminados de roble, espejos y grandes cristaleras por las que la luz entra a raudales. Además, se ha habilitado una zona de 200 metros cuadrados, que se cubrirá con césped artificial para estirar y organizar sus propios entrenamientos.