El hallazgo de un esqueleto en el Casco Viejo saca a la luz el cementerio de San Vicente
Las primeras estimaciones apuntan a que los restos arqueológicos del pequeño cuerpo «podrían datar del siglo XI» aunque se someterán a estudio
Sergio Carracedo
Viernes, 11 de febrero 2022
Una nueva obra en el corazón de Vitoria vuelve a desenterrar restos arqueológicos. Esta vez ha sido en la plaza de Etxauri, en lo más alto del Casco Viejo, donde este viernes las arqueólogas que trabajan en las obras de remodelación de este espacio público localizaron los restos óseos de una pequeña persona, de 1,40 metros de estatura, que podría llevar inhumada en ese lugar desde hace cientos de años, incluso puede que hasta un milenio. Las obras para crear una nueva zona de juegos se vieron interrumpidas por el hallazgo realizado por las profesionales de la empresa Ondare Babesa que llevan el control arqueológico de los trabajos.
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La pequeña osamenta, que podría pertenecer a un o una adolescente, según las primeras investigaciones, fue exhumada ayer para ser analizada con el objetivo de extraer de ella la mayor información posible. Los resultados de esos estudios podrían arrojar datos acerca de las causas de su muerte y también de la fecha aproximada de defunción y enterramiento. Aunque es pronto para determinar el momento de la historia en que se sepultó el cuerpo, las primeras estimaciones apuntan a que «podría datar del siglo XI». Los restos, en aparente buen estado, aparecieron en una fosa simple, cubierta con una laja de piedra caliza que estaba casi hundida, a escasos 40 metros de distancia de la iglesia de San Vicente, junto a la calle de Las Escuelas.
En esta zona, las excavaciones dirigidas por el arqueólogo de la UPV José Luis Solaun, del equipo de Agustín Azkarate, ya destaparon en 2005-06 un silo de la Edad del Bronce, silos y terrazas de cultivo de la aldea altomedieval de Gasteiz (siglos VIII-X), y pozos de los siglos XI y XII. Sin embargo, también hallaron otras sepulturas en el entorno de la iglesia de San Vicente, ya que fue costumbre generalizada hasta el siglo XIV o XV que los cristianos se enterraran fuera de las iglesias, reservando el interior para las élites. A partir de esa fecha se extendieron las inhumaciones del común de los mortales también en el interior de los templos.
Dos enterramientos más
En concreto, el equipo de Solaun y Azkarate localizaron dos enterramientos que estaban «muy arrasados», ya que el lugar fue sometido a roturaciones desde el siglo XVII al XIX y posteriormente albergó la fábrica Echauri S. A. A pesar de ello, la intervención arqueológica permitió documentar las dos sepulturas que los profesionales no dudaron en asociar a la necrópolis exterior de la vecina iglesia de San Vicente. La ubicación de las sepulturas, a más de 30 metros de distancia del actual templo, les hace pensar en la presencia de un «extenso camposanto en toda el área norte y occidental de la iglesia». Además, concluyeron que las dos sepulturas eran anteriores al siglo XIV, ya que se encontraban cortadas por una profunda reurbanización efectuada en la zona durante los siglos XIII-XIV.
Uno de los enterramientos estaba «en una fosa antropomorfa y albergaba un individuo, posiblemente un varón adulto joven, tumbado boca arriba con los brazos cruzados sobre la pelvis». La segunda fosa era «simple y ovalada, sin ningún tipo de estructura. En su interior se documentó otro individuo ─posiblemente una mujer adolescente o adulta joven─ que estaba con los brazos flexionados sobre el abdomen».
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