Una espalda nueva para Fabiana
Su madre recorrió Bolivia, Brasil y Argentina en busca de una solución. La asociación Adato operó su grave escoliosis en Vitoria y vuelve a casa tras 16 meses de recuperación
Judith Romero
Viernes, 20 de agosto 2021, 00:18
Ximena Arias y su hija Fabiana Huanca, de 14 años, han pasado toda su vida luchando para encontrar una solución a la grave escoliosis congénita de la joven. La primera casi había perdido la esperanza tras incontables negativas por parte de médicos bolivianos y presupuestos demasiado costosos como para hacerles frente en el extranjero. Pero el trabajo y la solidaridad de la asociación de Ayuda en Traumatología y Ortopedia (Adato) de Vitoria han permitido a Fabiana mejorar su movilidad y recuperar la confianza en sí misma. Tras ser operada y pasar la pandemia y su rehabilitación en la capital alavesa, volverá a su hogar, en la localidad boliviana de Tupiza, en septiembre.
Publicidad
«Dormíamos en las terminales y encima de cartones para ahorrar. Los médicos de Tarija me dijeron que tenía que buscar otras opciones y, tras probar en Brasil y Bolivia, encontré un recorte de EL CORREO en internet. Decía que la asociación Adato había operado a una chica boliviana, Yoisy, y que tenía una nueva vida», recuerda Arias. En aquel momento no terminaba de creerse que unos desconocidos fueran a ofrecerles su ayuda en Vitoria, pero esta madre coraje no dudó en presentarse en el hospital de Trinidad para conocer a los 'adatos', como ellas los llaman, cuando supo que lo visitarían a través de Facebook. «Cuando nos vieron se echaron a llorar. '¡Son reales!', decían», recuerda Imanol Vega, gerente de la Unidad de Traumatología y columna del Hospital Vithas San José. Vega fundó Adato junto a Adela Fonseca, enfermera de su equipo, y Paco Granados, gerente de la ortopedia Bidari para llevar a cabo operaciones e instalar prótesis a personas necesitadas en países como Bolivia o Benín. Esta es, tras Yoisy y el primero, Miguel Ángel, la tercera persona que traen a Vitoria para realizarle una intervención que mejora en gran medida su calidad de vida.
«Nos dijeron que nos traerían a España para operar a Fabiana en 2018. No nos lo podíamos creer porque, hasta entonces, Fabiana decía que era un monstruo y se ponía ropa ancha para tapar su cuerpo», explica Arias, encantada con la nueva postura erguida de su hija. Aterrizaron el 8 de marzo de 2020 pero, como todo lo ocurrido el año pasado, esta operación también debió esperar a que la primera ola de la pandemia de coronavirus amainara. La esperada intervención para corregir su médula, torcida 100 grados, llegó el 29 de mayo. La familia conocía los graves riesgos que entrañaba y, durante semanas, el equipo pensó que había ocurrido lo peor.
«Fabiana tuvo una complicación intraoperatoria. Es una cirugía larga en la que se supervisa si la médula del paciente, monitorizada con cables, está sufriendo», explica Vega. Primero cayeron los potenciales del lado derecho. Luego los del izquierdo. «Teníamos unas caras y una tristeza en quirófano... cuando terminamos la cirugía Fabiana no movía las piernas». En ese momento sólo cabía esperar mientras la joven, que había dicho adiós a su joroba, emprendía su proceso de rehabilitación.
Vecinos dispuestos a ayudar
Fabiana, su madre y los 'adatos' encontraron varios apoyos para una rehabilitación que, tras este contratiempo, se alargó más de los cuatro meses previstos. Esta familia boliviana ha pasado un año y medio en la capital alavesa, tanto tiempo que Fabiana ha cursado tercero de la ESO en el Colegio San Prudencio.
Publicidad
«Pasaron un tiempo en la casa de unos señores mayores, pero necesitaban un sitio en el que estar tranquilas y donde pudieran atender a Fabiana», explica Vega. El hotelero Iván Saldaña les cedió una habitación de forma gratuita durante estos 16 meses en los apartamentos Irenaz. Su ubicación era idónea por su cercanía a Fisun, centro de fisioterapia especializado en terapias neuromusculares. Conchita Durana, quien durante años ha enseñado a nadar a los niños en las piscinas del El Estadio, se ofreció voluntaria para ayudar a Fabiana con su rehabilitación durante meses y, además, enseñó a nadar a Ximena.
Vega no olvidará el día de su cumpleaños. Tras regalarle algún detalle que decía 'El mejor médico del mundo', Fabiana se quitó el calcetín y movió el dedo gordo del pie derecho. Había vida en su médula y, gracias a ello, la joven ha recuperado su movilidad y aprovecha estos últimos días en España para conocer lugares como Pamplona con la ayuda de sus muletas. «Ahora se puede poner un bañador. Su vida habría estado muy condicionada por dificultades estéticas y respiratorias», apunta el traumatólogo. «Me llevo a mi hija operada y curada, nunca pensé que conoceríamos España y tanta gente ha estado pendiente de nosotras... Me llevo escrito en letra de fuego todo el amor que hemos recibido», agradece Ximena Arias de todo corazón. Mientras, la asociación Adato ya planea la operación de Nicole, una niña boliviana de 8 años con escoliosis, y Granados y Vega se preparan para ver a más personas que les necesitan en Bolivia en octubre.
Accede todo un mes por solo 0,99€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión