La Ertzaintza destapa un narcopiso de marihuana en Adurza

Varias siluetas blancas accedieron en la mañana de ayer jueves al portal, ubicado en una conocida calle de Adurza. No eran sanitarios de visita a convalecientes por el Covid-19, sino ertzinas e integrantes del Juzgado de Instrucción número 1 de Vitoria. Era el colofón a una operación antidroga iniciada horas antes, la más importante en Vitoria desde que se instauró el estado de alarma.

El dispositivo, ideado por el Sicta, grupo de la Ertzaintza especializado en delincuencia organizada, dio en el blanco. En el interior del domicilio, los agentes, ayudados por el olfato de perros de la unidad canina, encontraron un par de kilogramos de cogollos de marihuana. También había escondidos 7.900 euros en metálico, se supone que producto de venta de esta droga. También había balanzas de precisión, algo de cocaína y unas anotaciones manuscritas con la supuesta contabilidad de su actividad ilícita.

Hacía días que el Sicta sospechaba que ese lugar escondía en realidad un narcopiso, un almacén de droga. Dos hombres, ambos de origen latinoamericano y con antecedentes menores, fueron abordados por los agentes con la excusa de haberse saltado el confinamiento. Se sospecha que quedaba en la vía pública con sus clientes para venderles su producto ilegal. El estado de alarma ha dificultado sobremanera el tráfico de drogas, obligando a camellos y clientes a agudizar el ingenio. Sobre todo en la fase previa a las franjas horarias de salida al exterior.

También fue detenido a lo largo de la mañana un tercer presunto implicado en esta red de venta de marihuana, se supone que era el proveedor de los dos inquilinos del piso de Adurza. A este hombre, también extranjero, le abordaron cuando iba con su coche por El Pilar. En el registro a su domicilio, ubicado en Salburua, los agentes hallaron casi 15.000 euros, una báscula y algunos cogollos de marihuana.

Todos han pasado hoy, viernes, a disposición del Juzgado de Instrucción número 1 de Vitoria, que deberá decidir si decreta su ingreso provisional en prisión o les deja en libertad con cargos.

Hay dos sospechosas más. En su caso, a estas mujeres sólo se les imputó por su supuesta relación con esta organización. Son las parejas sentimentales de los dos primeros detenidos. En próximas fechas deberán responder a la llamada de la Justicia.

El piso en cuestión, usado como almacén, recibió ayer dos visitas. De la comisión judicial y de la unidad canina. En ambas ocasiones accedieron con trajes especiales, conocidos como EPIs, como medida de precaución ante el riesgo de contagio del Covid-19. «Este será el protocolo mientras siga la pandemia», cuentan fuentes internas de la Policía autonómica.