Una enorme carpa cubrirá una de las piscinas exteriores del Estadio en invierno
A partir de octubre el vaso familiar se protegerá con un globo presostático para que pueda ser utilizado mientras se realizan las obras del edificio central
El complejo deportivo de El Estadio continúa con lo que será su gran transformación. La nueva fase de obras arrancará el próximo mes de septiembre ... y afectará al edificio central, que se tendrá que cerrar por completo. Una de las consecuencias más palpables será que no se podrán utilizar las dos piscinas cubiertas, por lo que la Fundación Estadio ha optado por una original solución. Desde octubre y hasta mayo se cubrirá la piscina exterior familiar con una enorme carpa que permitirá hacer uso de ella durante los meses más fríos del año. Esta estructura se conoce como globo presostático y ya la utiliza en otras ciudades españolas como Logroño o Santiago de Compostela.
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«Además se va a climatizar tanto el aire como el agua, lo que permitirá a nuestros abonados utilizar la instalación durante todo el invierno», explica Jon Urresti, presidente de la Fundación Estadio. En otra estructura que estará conectada mediante un túnel se colocarán los vestuarios con sus duchas, baños y taquillas. Este gran globo está fabricado con un material de tela plástica de dos capas y es de un tono blanco traslúcido. Estará anclado alrededor de la piscina en una cimentación, unos trabajos que ya se han realizado pero que ahora mismo no son visibles gracias al césped que rodea el vaso. La carpa será lo suficientemente grande para cubrir los 50 metros de largo de la piscina por 22 de ancho, y «muy alta». En su interior habrá cuatro calles de 50 metros para nadar que se podrían convertir en 8 de 25 metros y se mantendrá también una zona destinada al ocio acuático, más enfocada a las familias.
Su montaje es complejo y se prolongará durante alrededor de una semana. La intención es que el próximo invierno vuelva a instalarse por segunda vez, ya que la obra en el edificio central no concluirá hasta la Navidad del año 2026. La Fundación Estadio ha invertido cerca de 700.000 euros en este proyecto.
Los trabajos en el bloque principal del complejo deportivo del Paseo Cervantes servirán para «renovarlo entero». El edificio «tiene ya cincuenta años y era el momento de cambiarlo, además de que la obra nos va a permitir agrandarlo y ganar superficie», sostiene Jon Urresti. Se modernizarán las piscinas, salas y vestuarios, se renovará toda la maquinaria y se instalarán paneles solares.
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Línea roja
Las obras, presupuestadas en cerca de 9 millones de euros, incluyen un spa de 500 metros con capacidad para 65 personas y dos saunas. Desde ahí se podrá acceder a una terraza al aire libre de unos 1.450 metros para practicar calistenia, crossfit y otros deportes al aire libre.
Antes de estos trabajos, el Estadio estrenará este verano otra novedad enfocada a la seguridad de sus abonados. En el fondo de todas las piscinas se pintará una línea roja para advertir a los bañistas de que en esa zona está prohibido lanzarse de cabeza. «Es una solución muy barata y fácil para evitar lesiones medulares. Cada año se producen muchas lesiones de este tipo en personas que no han sabido calcular cuánto cubría. Nosotros queremos evitarlo», asegura Urresti. Los socorristas llevarán a cabo una campaña de información sobre ello.
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De las 950 personas apuntadas a los cursillos a 1.670 usuarios con el nuevo modelo Kirol Plus
Desde el pasado 1 de enero la Fundación Estadio cambió la manera de hacer deporte para todos sus abonados. «Pasamos de un modelo basado en el formato de cursillos a una fórmula en la que pagas una cuota y tienes acceso a todo el deporte que quieras», explica Jon Urresti, director de la Fundación Estadio. Con esta novedad se ha pasado de 950 personas apuntadas a los cursillos a 1.670 abonadas a lo que se ha bautizado como Kirol Plus.
«Es una historia de éxito, ni en el mejor de los escenarios pensábamos que íbamos a alcanzar esa cifra. Y más teniendo en cuenta las reticencias de muchos de nuestros usuarios al principio», celebra Urresti. Este nuevo modelo ofrece 15 actividades dirigidas, 700 sesiones al mes y acceso libre al servicio fitness. Hay clases de abdominales y estiramientos, aquagap, aquagym, body balance, boxingfit, core, entrenamiento funcional, gap, halterofilia, nordic walking, pilates, triatlón, yoga o zumba. «Antes los cursillos terminaban en junio y ahora las clases van a mantenerse también durante el verano».
En paralelo a este cambio, el complejo enclavado en el Paseo de Cervantes renovó la zona del edificio del trinquete. La vieja pista de tenis y la zona de juegos infantiles desaparecieron para dar paso a un remozado inmueble de dos plantas con una pasarela que comunica con el edificio central y alberga cuatro grandes salas de 350 metros cuadrados cada una. En el piso de abajo está la sala de spinning con una capacidad total para 110 bicicletas, lo que la convierte en una de las más grandes de Europa.
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