Cinco encapuchados asaltan la tienda de Apple en Vitoria y se llevan 100.000 euros en productos

Antes, sobre las 2.45 horas, este vehículo estacionó frente al conocido comercio, ubicado a apenas cien metros de la plaza de la Virgen Blanca. De él salieron cuatro hombres, el quinto aguardó al volante. Llevaban los rostros cubiertos y las manos protegidas con guantes, para evitar su reconocimiento en el vídeo de seguridad o dejar huellas delatoras. Durante «poco más de un minuto» golpearon el escaparate. Uno, dos, cinco, diez empellones... Hasta quebrar la luna.

Se colaron por el agujero, vaciaron las baldas más próximas. Se centraron en iphones y tablets, en detrimento de los enseres más baratos. Las primeras estimaciones calculan que el botín puede andar «cerca de 100.000 euros». «Sabían perfectamente a lo que iban», señalaron fuentes policiales. Porque algunos de los encapuchados se dirigieron al almacén, localizado al fondo de la estancia, fuera de la zona de atención al cliente. Allí guardan decenas de aparatos. Pero se quedaron con las ganas al aguantar la puerta de seguridad.

Prácticos, volvieron a las baldas, salieron cargados a la calle directos al turismo. «Dentro de la tienda apenas han permanecido cuatro minutos, en cuanto han visto que no podían acceder al almacén, se han centrado en el género de exposición», deslizaron medios policiales.

La Ertzaintza, que se hizo cargo de la investigación, revisó las cámaras de videovigilancia de la tienda así como de la zona. Sin rostros visibles, la matrícula del vehículo podría ayudar a descifrar los interrogantes alrededor de este asalto.

Las cámaras también chivaron su peculiar ruta de fuga. En vez de subir por la Virgen Blanca se colaron en la plaza General Loma, torcieron hacia Becerro de Bengoa y desaparecieron. Varias cámaras registraron el avance del vehículo con sus cinco pasajeros. Menos de un minuto después aparecieron las primeras patrullas de la Ertzaintza. Los agentes únicamente pudieron certificar la entrada furtiva y el estropicio en el interior de este céntrico comercio vitoriano.

«Estos no son aficionados. Eso está claro», remarcaron las fuentes consultadas. Para enturbiar aún más las pesquisas, este golpe de visto y no visto se produjo tan sólo media hora después de otro robo de similar factura en las instalaciones de Cegasa. Además, también ocurrió el robo de un coche de igual color que el de la calle Prado. Fue a manos de cuatro desconocidos en la calle Reyes Católicos. Aunque el turismo apareció más tarde en Zaramaga. Estos tres frentes obligaron a repartir los efectivos y, de paso, facilitaron la huida de los encapuchados ya que, al final, se determinó la falta de relación entre estos hechos. Por el 'modus operandi', este golpe sí guarda «similitudes» con otro fechado en diciembre en una tienda de telefonía de la calle Gorbea. Al oír las sirenas, los ladrones se fueron a Gipuzkoa. Tras cubrir 105 kilómetros, estos desconocidos asaltaron un local en el centro comercial Garbera.