La empresa vitoriana URSSA con unos cien empleados presenta concurso de acreedores en su 50 aniversario

El Juzgado de lo Mercantil número 1 de la capital alavesa ha aceptado el concurso de acreedores presentado de manera voluntaria por la cooperativa URSSA, integrada en Corporación Mondragón, con el fin de salvar su actividad y el mayor número posible de empleos. En la actualidad cuenta con apenas un centenar de trabajadores, cuando no hace muchos años fueron 250 socios, y la fabricación y el montaje de estructuras metálicas para la industria o la construcción «se ha paralizado de manera muy considerable por la pandemia», asegura su director gerente, Santiago Garayo.

Ya en 2020, URSSA se acogió a un preconcurso de acreedores y logró acuerdos se refinanciación con la banca. Pero la caída del negocio durante el año del coronavirus «ha impedido cumplir algunos de esos compromisos» con lo que la deuda ha seguido creciendo. Según algunos medios, asciende a veinte millones de euros, pero Garayo no da cifras y habla de «deuda importante».

Con lo que la alternativa del concurso, que llega en el año de su 50 aniversario, es considerada dentro de la cooperativa como la mejor alternativa para su supervivencia. «Ahora tenemos que llegar a acuerdos de reestructuración de deuda con los acreedores y esperar que lleguen pedidos aunque el mercado español y el francés –sus principales clientes– están sufriendo mucho por la Covid», añade Garayo. Asimismo, URSSA ya está aligerando su plantilla con traslados a otras cooperativas de Mondragón y también planteará prejubilaciones.

El Museo Louis Vuitton en París, la Zona Cero de Nueva York o el estadio de fútbol de Manaos que se construyó para el Mundial de Brasil'2014 llevan el sello de URSSA en algunas de sus estructuras. Y en clave más local la compañía también ha participado en la construcción del hotel y la bodega de Marqués de Riscal de Elciego o el Museo Guggenheim de Bilbao -ambas obras del arquitecto Frank Gehry- así como el Kursaal de Donosti.