Edurne Herrán hila fino entre la moda, la estética y los problemas sociales
La artista alavesa lleva al Antiguo Depósito de Aguas una muestra que mira detrás de las costuras de la industria y los mensajes de la ropa
El Antiguo Depósito de Aguas está lleno. Pero los fluidos son más de secreciones lacrimales y sudores de frente. Y es que la artista Edurne ... Herrán plantea un juego entre el tejido de la sociedad y la problemática social en la muestra 'Social (T) Issues', que se inaugura a las 19.00 horas de hoy.
Hasta el 16 de abril, elementos que van desde prendas de vestir a maquillajes, arreglos de peluquería o complementos dibujan en Montehermoso un panorama donde la estética dice mucho más de lo evidente. Y es que la autora evidencia que muchas prendas de moda están cosidas con paños de lágrimas.
La artista vitoriana precisa que en su propuesta «no hay un tema concreto, se trata de problemáticas sociales, hablo de muchas cosas y con lenguajes diversos», remarca Herrán. De hecho, este proyecto «sigue vivo, van a salis muchas cosas más» de este trabajo, donde se unen la investigación con la puesta en escena y la estética.
La autora plantea su mirada a través de «la indumentaria, ropa, maquillaje y hasta intervenciones quirúrgicas» y emplea estos elementos como «recurso para manifestar, denunciar, poner sobre la mesa un montón de problemas». Aunque también admite que desplegar todas estas piezas en el sótano de Montehermoso supone que «se ha cumplido un sueño que tenía desde adolescente».
Sin embargo, la ilusión de estrenar no evita ni la crítica ni la ironía en más de un caso. La artista no da puntada sin hilo, en un conjunto donde desde luego hay mucha tela que cortar. Y el recorrido recomendado para los espectadores arrancaría hacia la izquierda al entrar en la sala y, después, seguiría más o menos en el sentido de las agujas del reloj.
El hilo de la exposición comienza con una imagen de la propia autora con su primera máquina de coser. Al lado hay un maniquí antiguo, un costurero de madera y una lata de galletas con enseres de costura, todo de aquella niña.
Pero la mirada de Herrán es muy otra en un área donde «el dinero lo rige todo», con piezas que hablan de poder, de corbatas y trajes, de elementos que hablan de clase y estolas de pieles (a través de un zorro de peluche). La obra 'Chan(n)el' (2022) replica un traje de tweed a base de bolsas de rafia trenzada (asociadas a la pobreza), indica la artista.
Los vaqueros de Barbie
Recupera la autora 'Batburqa' (2012), donde habla de la lucha contra la 'policía de la moral', al igual que la serie 'Growing Pains', en torno a la dependencia de treintañeros con respecto a sus padres.
También mira al género con 'Mujer al volante' (2023), a través de unos guantes de fregar y corchetes de plástico. Y están, por ejemplo, dos letras de canciones sobre la minifalda, entonadas por Manolo Escobar o por Juanes y Greeicy, con mensajes muy distintos.
Como los que envían las Barbie inclusivas de una vitrina frente a unos vaqueros imposibles que corresponderían al tallaje de la muñeca original. El sexismo o los derechos LGTBI, las tiritas del color de la piel (en varios tonos), las aujas o varillas que se emplean en abortos clandestinos, unas pulseras que permiten comprobar las bebidas ante posible sumisión química, camisetas con datos sobre explotación, una vitrina sobre la corrupción (con la imagen de un traje sin bolsillos, de un autor paraguayo, Roberto Espinola, o las perlas de Carmen Polo) y muchas otras cosas integran un entramado que, antes del área de documentación, termina con una percha. ¿Vacía? No, es el traje nuevo del emperador. ¿Es que no lo ves?
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