Armas de fuego

Dos hombres reciben en la cara los impactos de balines disparados por menores en Vitoria

Por la descripción de las víctimas, la Policía Local –cuerpo que ha recogido sus denuncias– tiene «identificados» a los presuntos autores de ambas agresiones nocturnas y acometidas con una pistola de aire comprimido por localizar. Se trataría de dos adolescentes y un joven que acaba de alcanzar la mayoría de edad. Todos son «conocidos» en la comisaría de Aguirrelanda», donde su Unidad de Menores dispone de una pormenorizada base con chicos conflictivos.

Sobre todo, el primer altercado parece muy claro debido a que la víctima y un acompañante pudieron ver a sus agresores. Según su versión, les abordaron poco después de las 23.30 horas del viernes en la calle Landaberde. Uno de los entonces desconocidos portaba «un cuchillo». Se cree que el joven de 18 años era quién empuñaba el arma simulada.

El agredido sintió dolor en la cabeza, que primero asoció a un golpe con la culata de la pistola. Pero cuando le examinaron los patrulleros de la Guardia urbana que acudieron a su llamada de socorro se comprobó que, en realidad, tenía un balín clavado a la altura de la sien.

Aunque la víctima acabó un par de horas más tarde en Txagorritxu, gracias a sus datos las dotaciones tuvieron bastante claro desde el principio a quiénes buscar. Se trataría de «un grupo o banda juvenil» conocida en esta zona de Vitoria por sus delitos de poca entidad. Además, sus integrantes tienden a ocultarse por la Avenida del Zadorra después de cometer sus hurtos y robos. Era la primera vez que se tenía constancia de que usaran armas.

Al no dar con ellos, los uniformados también visitaron la vivienda donde consta que alguno reside. Se trata de un bloque de alquiler social de la zona y perteneciente a Alokabide. Los investigadores de la Guardia urbana sospechan que este ataque respondió a «un ajuste» entre los agresores y la víctima. Pero la hipótesis aún no ha pasado de ahí.

Poco tardaron en reaparecer estos sospechosos. Sobre las 21.00 horas del domingo, otro ciudadano reclamó ayuda al 092. Refirió que cuando paseaba a sus perros por un parque próximo a la calle Río Bayas escuchó un par de detonaciones.

El primer disparo le dio de lleno en la cara. Libró el segundo. Al menos pudo ver a unos jóvenes que estaban en un segundo piso. En Txagorritxu le realizaron una placa y un escáner. Tenía un perdigón «alojado en la mandíbula». Esta semana tiene cita con un cirujano maxilofacial para decidir cómo retirárselo. Se cree que este segundo ataque se acometió «por pura diversión».

La Unidad de Investigación de la Policía Local completó ayer lunes la inspección ocular del lugar para determinar si los tiros se realizaron desde esa vivienda o no. En todo caso, los tres supuestos implicados ya están «identificados» y «localizados» a la espera de que la investigación policial pase a la esfera judicial.