Paz, Domingo Beltrán y Avenida del Zadorra también ganarán espacio para el peatón
El Ayuntamiento 'ensanchará' sus aceras mientras dure la pandemia. «Lo peligroso es derivar la movilidad al coche», dice la concejala Amaia Barredo
El miedo a la pandemia ha situado de lleno a los vitorianos en la encrucijada de retomar el coche como medio de transporte prioritario. ... Un habitáculo en el que uno controla quién entra y sale, le acerca a cualquier punto de la ciudad y le permite ganar tiempo al estar las carreteras semivacías parece invencible para garantizar el aislamiento. Así lo han interpretado en China, donde el tráfico se ha disparado poco después de superar la pandemia, y así lo indican también los primeros estudios sobre la movilidad del futuro próximo. En medio de esa psicosis extendida por el coronavirus y el recelo ante el transporte público, observado como foco de contagio, los expertos temen que el coche recupere el terreno perdido. En el caso de Vitoria, esa regresión se traduciría en la pérdida de más de doce años de transformación, inversiones millonarias en infraestructuras como el BEI y el tranvía, y en el repunte de un hábito incompatible con el modelo de ciudad diseñado para la próxima década.
Ante ese regreso a los vehículos motorizados, que además se adentrarán en un mercado mucho más competitivo tras dos meses de nulas ventas, el Ayuntamiento ha optado por acelerar la reconversión de sus zonas más transitadas. Las calles Domingo Beltrán, Ramiro de Maeztu, Paz y la Avenida del Zadorra serán las próximas en ver ampliadas sus aceras, según ha podido saber EL CORREO. Una vez concluida la primera fase para ganar espacio peatonal en media docena de vías del centro, el turno será para otras zonas cercanas al Ensanche, por su diseño antiguo, y del entorno del Anillo Verde, donde se han producido aglomeraciones durante el tramo inicial del desconfinamiento.
Las líneas de actuación serán muy similares a las de Manuel Iradier y Florida, las primeras en ampliar sus aceras en este proyecto provisional. Es decir, uno de los carriles de circulación irá destinado al uso peatonal, ya sea con el desplazamiento de la fila de aparcamientos, el estrechamiento del tráfico o el traslado de los ciclistas a las calzadas con circulación calmada.
Resolver aglomeraciones
Se trata de calles con aceras de menos de 2,5 metros de anchura, que no garantizan las distancia mínima de seguridad -dos metros- y que responden a una configuración de ciudad antigua. A falta de ultimar los detalles, la actuación que se prevé en Domingo Beltrán es la eliminación del carril derecho, que pasaría a ser una fila de aparcamientos para convertir el nuevo espacio liberado en peatonal. Es decir, un esquema idéntico al de Florida. La calle Paz, mientras tanto, será punto de unión de Ortiz de Zárate, donde los operarios ya actuaron el viernes, y Francia, donde se ha habilitado el carril bus a modo de acera para este fin de semana. La intervención pasa por que uno de los carriles de circulación se transforme en lugar de paseo. A ellas se unirá también un pequeño tramo de Los Herrán. En un principio, no se prevén pérdidas de plazas de aparcamiento con las nuevas intervenciones.
Pero más allá de adaptar a las nuevas necesidades las calles que no tienen capacidad de garantizar la distancia mínima, algunas acciones irán destinadas de forma directa a resolver las aglomeraciones de los últimos días. Es el caso del puente de la Avenida Santiago, a la altura del corte con la calle Madrid, que preocupa por su volumen de gente durante los fines de semana. En el entorno del Anillo Verde, uno de los puntos más transitados en la fase inicial del desconfinamiento por deportistas, mayores y familias, será la Avenida del Zadorra la que cuente con un mayor espacio peatonal. La zona que se ampliará se encuentra entre los puentes Abetxuko y Gamarra, donde las obras de URA estrechan el paso de viandantes y el bicicarril. Una de las soluciones de la intervención, aún en estudio, plantea el desplazamiento de los ciclistas a la carretera.
Se trata, de momento, de medidas «provisionales» que buscan mantener la distancia mínima para evitar el contagio y conceder un mayor espacio a actividades comerciales, que puede formar colas a partir de mañana. «Si todas estas zonas ganan espacio público, favorecerán la actividad comercial, así como terrazas y accesos, además de ofrecer un espacio más calmado», explica la concejala de Movilidad, Amaia Barredo (PNV).
No obstante, las actuaciones parten del Plan de Movilidad de cara a 2030, de modo que tienen cabida en un escenario futuro. «No hay que obviar que, si funcionan bien, se perpetuarán», afirma la edil. La duración de los cambios, en realidad, dependerá en gran parte del comportamiento del tráfico en los viales principales que se creen. «Ese es el miedo que tenemos en Manuel Iradier y Florida, ya que todavía no está el soterramiento en marcha. Debemos tener una alternativa. Iturritxu, por ejemplo, es la calle que puede crear cierta alarma en este sentido», asegura Barredo.
Algo similar sucederá con los bidegorris que conectarán algunos barrios con los polígonos industriales. Se trata de Lakua, que lo hará a través de Artapadura, y Zaramaga, Aranbizkarra y Arana, que se unirán con la continuidad del bicicarril de Portal de Gamarra. Por otra parte, Zabalgana se unirá con Júndiz. En definitiva, ante la pérdida masiva de usuarios que ha sufrido el transporte público y la difícil recuperación que se le intuye, Vitoria trata de reforzar al peatón y al ciclista en la cima de la pirámide de la movilidad.
Beneficios ambientales
«Hay gente que tiene cautela y miedo, pero el coche no puede ser el remedio para darle seguridad y confianza. Llegaríamos a congestionar la ciudad y perderíamos todos los beneficios ambientales que se han producido en los últimos años a nivel de ruido y calidad del aire», advierte la concejala, quien defiende la inversión en el BEI para apuntalar el transporte público. «En el momento en que haya una vacuna, todos estos miedos y recelos se verán aplacados. El BEI es una obra que está prevista finalizar en 2021. Se supone que para entonces esto debe ser un recuerdo», zanja.
Los actuales efectos de la pandemia en el transporte público, sin embargo, reflejan un desplome de la demanda de hasta el 96% durante los días más duros del confinamiento. Y pese al ligero repunte que experimentó la pasada semana, el retorno a las cifras previas a la crisis parecen muy lejanas. «Si seguimos con este volumen, las cuentas irán disparadas hacia las pérdidas», admite Barredo, quien pide «reaccionar y responder favorablemente» en la apuesta por el transporte, al igual que por el «comercio, la hostelería y el producto local».
El duro golpe que ha asestado el Covid-19 a la sociedad obliga incluso a replantearse el modelo de ciudad, en la línea en que se expresó Gorka Urtaran hacia una Vitoria más «espaciosa, social y sostenible». «Las crisis te empujan a decisiones atrevidas y valientes, porque la realidad te demuestra que debes comportarte de otra forma. En 2008 también hubo un revuelo de movilidad y fue entonces cuando se incorporaron muchas de las peatonalizaciones que tiene la ciudad. También se aprovechó el espacio más allá de la circulación. Este puede ser un segundo momento para impulsar la movilidad sostenible en Vitoria», concluye Barredo.
Zabalgana y Salburua tendrán supermanzanas completas en 2020
Los barrios de Zabalgana y Salburua serán los primeros en estrenar supermanzanas completas. Lo harán antes de que acabe este mismo año, según los planes que maneja el Gabinete Urtaran para superar la crisis del virus. El «impulso» a este sistema de ordenación del tráfico se traducirá en avances en cerca de un tercio del total proyectado, y en algunos casos incluso alcanzarán el 100%.
La creación de supermanzanas supone crear flujos principales de circulación y liberar el espacio interior a peatones y actividades comerciales. Es decir, aunque los coches puedan acceder, sobre todo para aparcar, se colocan obstáculos para priorizar el uso peatonal. Se trata, por ejemplo, de limitar la velocidad a 10 kilómetros por hora y habilitar amplios espacios interiores.
Vitoria, en este sentido, tiene dibujadas 77 supermanzanas por la ciudad en el Plan de Movilidad, de las que el 30% tendrán avances en los próximos meses. Además de las de Zabalgana y Salburua, que en la zona centro existen algunas cerca de completarse. Es el caso de Sancho el Sabio, a la que aún le falta alguna conexión, y Médico Tornay, cuya peatonalización se encuentra en ejecución. La creación de una supermanzana en Zabalgana, de hecho, fue una de las primeras medidas que se adoptó en el anuncio del acuerdo de gobierno PNV-PSE.
No obstante, la configuración de este sistema de reordenación del tráfico, que favorece la reducción de emisiones y lleva a emplear el coche para distancias más largas, toma un proceso relativamente lento. Y es que más allá del teórico funcionamiento del tráfico, las modificaciones exigen una adaptación por parte de los vecinos y un análisis del comportamiento de la congestión de la circulación en otros puntos. En este sentido, las actuaciones suelen comenzar con calmados de tráfico, que ya se han ejecutado en Zabalgana.
Por otra parte, existen también algunas zonas que ya actúan como supermanzanas sin haber llevado un proceso completo. «Operan como tal y no nos damos cuenta de que lo son», admite Amaia Barredo.
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