Jorge Martínez | Cantante y guitarrista de Ilegales

«Los documentales de otros grupos parecen vidas de santos»

– ¿Qué tal va 'La lucha por la vida'?

– Pues exitosamente. He oído decir por ahí que la muerte es algo que es mejor dejar para el final. La gira, muy intensa, nos ha llevado desde locales no muy grandes hasta 70.000 personas en Bogotá. No hemos rehusado ningún combate.

– Hablando de pelea, como canta el alavés Evaristo Páramos en su disco de aniversario, 'Si no luchas te matas'...

– Ya lo había advertido en el trabajo anterior ('Rebelión'), 'ser manso es peligroso'. En determinados ambientes, está sobrevalorada esta condición, que es un peligro para todas las especies. Lo canto con Evaristo porque enseguida noté que hacía falta una voz como él dice de urraca afónica. Lo hace muy bien, es muy punk, muy adecuada para el tema y expresiva.

– Enhorabuena por la producción, donde no rechinan personalidades tan distintas como como Dani Martín, Niño de Elche o Bunbury. Y suena a Ilegales.

– Ya desde el primer disco, la peor crítica que se nos hacía era que era música muy diversa. En esa época de explosión de las bandas españolas a principios de los 80 se llamaba 'tener personalidad' a repetirse canción tras canción. Las bandas no tenían mucha capacidad musical ni interpretativa. Ilegales siempre hemos tocado muchos palos diferentes. Era fácil trabajar con artistas diferentes al tener canciones en campos distintos, contaminadas con diversos estilos.

– Un disco más atrás hablaba de una despedida en 'Mi copa y yo'. Ahora le pide una más a Satanás. ¿Qué tal es el maligno como barman?

– Ja, ja, ja... Bueno, le veo casi todas las noches. Sigue con perfecta salud y siempre tiene una sonrisa cuando te ofrece esa copa que te va a hacer desgraciado y arrepentirte al día siguiente. Así es Satanás. Como dice la misma canción, «vamos a la zona oscura, con ignorante optimismo», ja, ja.

– En su nuevo sencillo, 'Todos los peligros me conocen', está el rock de Ilegales, pero también su sentido del humor. Como cuando dice «he intentado ser vampiro pero sólo soy murciélago usado».

– Es cierto que a veces tenemos una visión muy sobredimensionada de nosotros mismos: soy un trasnochador, vaya riesgos que asumo... Luego te das cuenta de que no eres Satanás, sólo un pobre diablo.

– Hablando de peligros, ¿lo sigue siendo para usted coleccionar todas esas guitarras?

– Sí. Hace muchísimos años he sido un niño hechizado por una guitarra eléctrica, un hechizo tan fuerte que se mantiene vivo a día de hoy.

– La primera que compró en Vitoria...

– ...era horrorosa.

– ¿Pero no logró matar su pasión?

– Tenía sólo un pickup (micrófono), era una Hofner de jack corto. Probé una Invicta que me prestaron. También, horrorosa. Recientemente, le regalé una parecida a mi amigo Rafa, que es mi editor.

– ¿El documental 'Ilegales 82' está ya a punto?

– Parece que Ilegales es un grupo muy documentable, ja, ja. Ves los de otras bandas y parecen la vida de los santos. En nuestro caso es una visión bastante descarnada, pero tengo que dar aún el visto bueno a una parte que no meparecía muy fiel a la verdad.

– ¿Por qué?

– Hay que decir la verdad, no se puede amasar leyendas. No se puede contar todo, pero no emitir falsedades, porque los testigos están vivos. Por lo menos, un 60%. Los otros la han palmado porque pertenezco a una generación que hizo combustión muy rápido. Somos los que consiguieron que en un país donde los años 60 no llegaron hasta la mitad de esa década, los 80 llegasen en 1978. Pero eso ha tenido su coste tremendo, se experimentó con muchos peligros, como dice la nueva canción. Se han producido algunas bajas.

– Aunque sea por otras causas, hace poco ha sido el aniversario de su bajista Alejandro Espino...

– Si, ya son cinco años. Todavía me parece que me lo voy a encontrar con él para tomar unas cervezas y decidir los arreglos de una canción...

– ¿Qué opina esos regresos de bandas por afán recaudatorio?

– Es diferente volver con ese afán –que es lícito en gente que se ha peleado por el rock– a hacerlo porque tienes un mpontón de material que quieres sacar a la luz. A mí me parece que si la fuente no da novedades es mejor dejarlo. En nuestro caso hay novedades de manera torrencial. Tenemos planes de editar un single cada mes o mes y medio. También contamos con un estudio propio y podemos grabar en cualquier momento.

– ¿Se lo pide el cuerpo?

– Es una tentación. Estás en un sitio donde hay una colección de instrumentos tremenda, micrófonos de todo tipo... un montón de posibilidades y es imposible sustraerse a probar cosas nuevas. El reciente single es, probablemente, la canción rock más acelerada, la más rápida en la historia de Ilegales. Pero lo siguiente irá en otra dirección, totalmente diferente. Eso de repetirse no va con nosotros.

– ¿Los sacarán en formato físico?

– Eso ya es premeditación, alevosía y, probablemente, nocturnidad. Y lo juntaremos con otros materiales que tenemos en ebullición para sacar un elepé. Todavía falta para eso.

– Hace mucho cantaba que unos lustros de lucha solitaria eran suficientes para reventar. ¿Cómo se aguanta el tipo 40 años ?

– Con muchísima dificultad. Ilegales hemos tenido todo tipo de problemas. De hecho, nacen de un problema, de la expulsión de otras bandas. Éramos un problema andante. Pero lo ejercemos con una cierta profesionalidad: llegamos a tiempo y cumplimos con todos los conciertos. Es difícil no explosionar. La naturaleza del rock hunde sus raíces en un problema tan antiguo que es tribal. Probablemente por todo eso la música de Ilegales lo retrate tan bien.