Diputación de Álava y ecologistas alertan de que Cantoblanco amenaza al águila real
La sierra es uno de los sitios con más densidad de estas rapaces de la Península y Medio Ambiente y Gaden son tajantes contra el daño de los molinos
El proyecto de Euskal Haizie (la filial vasca de Fisterra Energy) de levantar ocho molinos de viento con una potencia de 49,6 megavatios (MW) ... en la sierra de Cantoblanco, en terrenos de Vitoria, Iruña de Oca, Añana y Ribera Alta, puede hacer desaparecer al menos dos parejas de águilas reales que anidan en la zona donde está previsto el parque. Una de ellas se encuentra a menos de 500 metros de donde se pretende levantar una de estas torres que con las aspas y la base pueden alcanzar los 200 metros de altura. El colectivo ecologista Gaden y un informe reciente del Departamento foral de Medio Ambiente son tajantes en cuanto a los peligros que los molinos pueden tener para estas magníficas rapaces cuya población en el entorno de la sierra es una de las más importantes del País Vasco y de la Península.
Tanto los naturalistas como la institución foral a través de Sostenibilidad Ambiental han presentado sus alegaciones al estudio de impacto ambiental presentado por Euskal Haizie –se suman a las 20.000 de Mendiak Aske y las del Ayuntamiento de Iruña de Oca– y presenta unas conclusiones claras en su contra. En el caso de la Diputación, los técnicos retoman algunas de las advertencias que ya hicieron en 2021 durante la fase de consultas del proyecto. Entonces ya señalaban que aunque la sierra de Cantoblanco no está protegida sí está rodeada de seis zonas de especial conservación, entre ellas la ZEC Arkamo (a un kilómetro), el biotopo de Arreo-Caicedo-Yuso o el Valle Salado. Cantoblanco es un «corredor ecológico de enlace» con una decena de hábitats de interés catalogados (brezales, prados alpinos, pastos mesófilos, xerófilos...), tres especies de flora amenazada (la genista eliassennenii, el aster willkommii y narcissus asturiensis) y zona de nidificación o de campeo de veinte tipos de aves distintas, entre ellas las imponentes águilas reales, alimoches, el buitre negro o Bonelli.
Gaden, por su parte, presenta un informe de 60 páginas con once alegaciones fundamentales. En el caso de las águilas reales, explica Andrés Illana, «la empresa promotora sólo analiza el peligro de que estas rapaces choquen o no con los molinos y deja al margen cuestiones de hábitat que pueden acabar con la reproducción de esta especie en Cantoblanco». Cita el seguimiento hecho a las parejas del entorno de Badaia que al dejar de volar cerca de los molinos han reducido su zona de caza, lo que ha mermado notablemente su tasa de reproducción.
También han constatado que abandonan los nidos cercanos a estas instalaciones y que entran en conflicto por el territorio con otras parejas. «En Cataluña no dejan poner molinos a menos de seis kilómetros de un nido de águila perdicera o real y aquí no existe nada de eso».
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión