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El centro integral de atención a las víctimas de violencia sexual Tximeletak abrió hace un año en Vitoria. Un centro impulsado por la Diputación que ... trata de servir de luz para estas mujeres en los momentos más oscuros de su vida. Sus primeros doce meses de andadura han servido para atender a 211 mayores de 16 años que han sufrido este tipo de ataques o que forman parte de su entorno más cercano, es decir, una media de cuatro cada semana.
Estas mujeres pueden llegar por distintas vías. Es el centro de referencia cuando la Policía Local o la Ertzaintza atienden un caso de violencia sexual, pero también pueden llegar a través de Osakidetza, el Palacio de Justicia o los servicios del Gobierno vasco. También hay mujeres que lo hacen directamente a través del teléfono 650 80 10 80, donde se les desvela en dónde se encuentra este servicio que, de momento, mantiene su céntrica ubicación en secreto para garantizar la seguridad. El objetivo es proporcionarles un entorno seguro en donde puedan ser atendidas por psicólogos y abogados, que les sirva para entender que no están solas.
Tximeletak destaca por su calidez y luminosidad lejos de la frialdad de la que suelen pecar este tipo de servicios. Sus paredes están decoradas con mariposas (tximetak) en referencias a las hermanas Mirabal, que fueron asesinadas por el régimen del dictador dominicano Rafael Leónidas Trujillo el 25 de noviembre de 1960, fecha que se conmemora el día internacional de Eliminación de la Violencia contra la Mujer .
«Se ha consolidado como un lugar seguro y de refugio donde las víctimas son escuchadas, reconocidas y respetadas en sus necesidades. Brindamos apoyo para sanar y reconstruir su vida, con el objetivo de que puedan seguir adelante y alcanzar una existencia plena, pese al impacto del trauma vivido», ha afirmado el diputado de Políticas Sociales, Gorka Urtaran.
La idea es reducir el silencio que genera el miedo que puedan sufrir y también que la sociedad reconozca este problema. El agresor en dos de cada tres casos (68%) es una persona del entorno, en su mayoría familiares, pero también se incluyen amigos, vecinos o compañeros del trabajo. 16 víctimas tienen entre 16 y 18 años; 84 menores de treinta y el resto superan los 31.
Pero los efectos de la violencia sexual perduran, no se olvidan. 95 de las 211 mujeres atendidas la habían sufrido en el pasado, un momento oscuro en el que seguramente no contaron con esta luz y sigue suponiendo un problema para ellas. Entre todas han necesitado 1.422 sesiones de psicología -una cifra particularmente elevada, según los responsables de Tximeletak- y 575 con las abogadas, que les plantean cómo actuar ante este tipo de situaciones.
«El objetivo es que, entre todas, consigamos librarnos de la violencia sexual, e impulsar otro tipo de relaciones basadas en el respeto, la empatía y la ética, antes que en el dominio y la sumisión», ha considerado Urtaran.
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