Cristina González reconoce que la «obsoleta» estructura de la Diputación necesita una «revolución»
La socialista afirma que la legislatura se emprenderán cambios. «Soy la única que ha cogido el toro por los cuernos», recalca
La primera teniente de diputado general, la socialista Cristina González, compareció este viernes en las Juntas Generales de Álava para dar explicaciones sobre la demoledora auditoría que alerta de que la administración foral tiene una estructura «ineficaz y obsoleta» hasta el punto de compararla con «un reino de taifas». Un duro informe suscrito por la empresa Consultores de Gestión Pública que publicó en exclusiva EL CORREO y que, según recordó la dirigente del PSE, lo encargó el propio gobierno de la Diputación consciente de que la «obsoleta» composición de la plantilla requiere de cambios. La vigente data de 1994 y hay que adaptarla a «las actuales necesidades de los alaveses» porque, desde entonces, han existido enormes cambios como la «creación de nuevos servicios y nuevas vías para relacionarse con la administración» a través de medios digitales.
Ese abismo tecnológico se ha tratado de minimizar durante todo este tiempo por parte de los diferente ejecutivos con «modificaciones y adaptaciones» puntuales, señaló la titular foral de Función Pública, pero a partir de esta misma legislatura toca afrontar una «revolución». «Es el momento de empezar a trabajar con este informe técnico como herramienta para actualizar y mejorar la estructura de la Diputación Foral y hacerla más eficaz y eficiente para que responda mejor a las necesidades y demandas de los ciudadanos. Es un trabajo de largo desarrollo, que puede superar en muchos casos los cuatro años de una legislatura», avisó la 'número dos' del Gobierno foral, quien compareció en solitario ante la comisión y eso que la oposición también había reclamado que acudiese el diputado general, Ramiro González.
La idea es que este proceso deberá ser «progresivo» y, a su parecer, tiene como principales «márgenes la normativa y legislación vigente sobre la función pública». Todo esto, como repitió en varias ocasiones, deberá ser «negociado y pactado» con los representantes de la plantilla y a la vista de la primera reacción de la junta de personal (como se denomina a los comités de empresa en el sector público) cuando la polémica auditoría eso no será sencillo. «Somos meras fichas que mueve el político de turno», alegó en un duro comunicado este órgano que componen diez representantes de ELA, ocho de LAB, cuatro de UGT y uno de CC OO, en que menospreciaron este análisis por contener un sesgo «neoliberal».
Extractos del informe
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Políticas y enfoques de personal desfasados. «Los retos que están planteando las nuevas tecnologías no pueden abordarse con las mismas políticas y enfoques de personal de los años 80 y 90».
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Falsa creencia de estructura moderna. «La Diputación dispone tanto de los recursos económicos y tecnológicos de alto nivel, así como de iniciativas ciudadanas muy novedosas y pioneras, al tiempo que mantiene una estructura organizativa y unos recursos de personal que han quedado completamente obsoletos».
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Oficinas siniestras. «La estructura adolece de una clara inflación jerárquica en diversos niveles. En muchos casos, pueden observarse jefaturas sin personal a cargo -únicamente se es por el nombre del puesto- o con una única persona a su cargo -o como en el argot organizativo se las conoce como oficinas siniestras- (...). La figura de jefatura requiere de unas competencias que se extiende mucho más allá de la mera competencia técnica o dilatada experiencia dentro de su ámbito competencial».
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Falta de visión a medio-largo plazo. De «forma generalizada», la distribución de la plantilla se focaliza en la atención de las «tareas del día a día» dejando al margen la «planificación, organización y definición de objetivos a medio y largo plazo».
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Favoritismo endogrupal. Se detecta un «favoritismo endogrupal» que se traduce en «una falta de cohesión y unidad interna» que están provocando un «malestar, pérdida de eficacia y en muchos casos, grandes dificultades para el desarrollo del trabajo en equipo».
Cristina González es consciente del profundo malestar que existe entre la plantilla y, por eso, este viernes se esforzó en respaldarles públicamente. «La Diputación tiene un gran equipo humano con grandes profesionales que hacen un buen trabajo. Lo demuestran todos los días y en la pandemia estuvieron a la altura de las exigencias, incluso con este modelo que todos sabemos que hay que modificar», recordó.
«No me arrepiento»
Estas conclusiones en ningún caso han pillado de nuevas a la dirigente foral y es que este documento se licitó conscientes del panorama, pero se necesitaba poner negro sobre blanco con un análisis desde un punto de vista imparcial y, además, plantear las posibles soluciones. Algo que, según pronosticó, tendrán que realizar a partir de ahora el resto de administraciones públicas de Euskadi para adaptarse a los tiempos modernos. «No me arrepiento de haber encargado el informe. Cuando pido algo a alguien y me da su opinión no voy a pedirle que cambie nada, aunque hay frases que sinceramente no vienen a cuento. Si hay algo que no me gusta lo que siempre hago es tratar de darle la vuelta a esta situación», declaró después de escuchar el chaparrón de críticas de la oposición, entre quienes destacó el PP, que incluso llegó a reclamar su dimisión.
«No sé si seré responsable de los problemas de la administración, pero quiero ser la que lo solucione», respondió González, quien avisó de que «cuando se politiza algo relacionado con los funcionarios siempre acaba saliendo a peor». «Soy la única que ha cogido el toro por los cuernos buscando soluciones», destacó sin querer referirse a los diferentes dirigentes que han pasado por el departamento de Función Pública de la Diputación en estas tres últimas décadas.
Jubilación como oportunidad
Por parte del equipo de gobierno no se quiso explicar en qué dirección apuntan esos cambios necesarios. La auditoría, eso sí, habla de la necesidad de incorporar a la administración perfiles relacionados con las nuevas tecnologías, las matemáticas, la robotización, la gestión del dato, la transición ecológica y la inteligencia artificial para sustituir a los «puestos de inferior categoría» actuales. Un relevo que, eso sí, podría propiciarse aprovechando la jubilación de la generación 'baby boom'. «Está previsto que el 55,2% de la plantilla se retire en diez años, lo que presenta una amenaza por la pérdida de experiencia y conocimiento, pero a la vez una oportunidad para incorporar nuevos perfiles adaptados a las exigencias actuales», comentó la primera teniente de diputado general.
«El informe dice muchas cosas jugosas para cuando estás en la oposición para atacar al ejecutivo. Yo, que estoy en el gobierno, lo que busco son soluciones», criticó González. Por eso, una vez se cuenta con el análisis como punta de partida. «Contiene cosas que compartimos y otras que no, unas que se pueden acometer antes y otras que se necesita más tiempo, o incluso alguna que no se ejecutará, pero nuestra obligación es mejorar y adaptar la organización a la Álava del siglo XXI, corregir desajustes y mejorar nuestra gestión», concluyó.