«En 'La crisis interminable' quizá se pueda ver luz al final del túnel»
El productor y director José Antonio Romero rueda en Vitoria escenas para 'Flores en la basura 2', documental que espera estrenar en primavera
Cuando en el pasado mes de junio el director y productor José Antonio Romero presentó en Vitoria 'Flores en la basura 2. La crisis interminable', ya advirtió que se trataba de un documental «en construcción». Y así es. Porque aquella visita a la capital alavesa no se limitó a presentar la 'peli' y disfrutar de la reputada gastronomía local, sino que aprovechó para recoger ideas con los que completar su largometraje. Aquellas notas -y el posterior coloquio a la exhibición del filme en el Europa- han cristalizado en un plan de rodaje de tres días en Vitoria que comenzó ayer y finalizará mañana. Ahora sí, se trata de la fase final de un proyecto que se inició al poco de estallar el covid. «La previsión es estrenar la película en primavera y hacerlo por todo lo alto, girando por festivales, etc. Han sido unos cuantos años de trabajo duros pero a la vez muy gratificantes».
Habrá que hacer un poco de memoria para poner en contexto el documental y su origen. José Antonio Romero estrenó en 2019 un largometraje que recogía el impacto de la crisis financiera de 2008 en las clases más desfavorecidas -'Flores en la basura'-. Por ese concienzudo trabajo con cientos de testimonios recibió 8 premios Goya en su categoría, entre decenas de reconocimientos en los festivales y ciclos cinematográficos en los que se presentó. Casi de forma simultánea se declaró la pandemia provocada por el coronavirus y el director se topó de bruces con otra dura realidad. «Casi no habíamos salido de la anterior crisis, con mucha gente aún metida en el pozo, cuando vamos de cabeza en otra peor». Ahí surgió 'Flores en la basura 2. La crisis interminable'.
«Cuando estuve en verano en Vitoria conocí a colectivos ciudadanos y gente muy interesante» -dice Romero-. «Además, los coloquios fueron muy enriquecedores. En todas las ciudades donde presentamos la película los organizamos y de ahí han salido testimonios muy potentes. Aquello teníamos que reflejarlo en el documental». Romero no es tendencioso. «Yo pregunto sobre la vida y lo que sienten y dejo que los entrevistados se expresen». Los hay más pesimistas, otros menos, gente feliciana o muy crítica con el sistema... «Hacemos un precasting pero metemos a un montón de personas diferentes e intentamos reflejar las cosas de la manera más neutral posible».
Obra abierta
Como el planteamiento de ir añadiendo escenas al trabajo-base conforme 'giran' por la geografía nacional ya existía, no resulta traumático pensar en una obra 'abierta'. En el caso de Vitoria, «no costó demasiado hacer un precasting y unas localizaciones». Ayer se pasaron gran parte de la mañana grabando testimonios y en la sede de Algara Danza Taldea en el Casco Viejo. En tres días entrevistarán a unas quince personas y colectivos.
Claro que la idea inicial de finalizar el rodaje y empezar a montar en otoño se ha abandonado a la fuerza de los hechos. «Nos hemos alargado más, pero creo que el cambio va a merecer la pena. Hay mucho material y hemos podido entrevistar a gente muy interesante». Y Romero tiene la sensación de que no va a salir un documental «oscuro o pesimista». No hay que fiarse de alguien que se declara «un optimista impenitente», pero cree que la película presentará «una luz al final del túnel. Hombre, si no, nos cortamos todos las venas. Vamos a sonreír un poco».
