«Si el Covid está en la hostelería, que seamos los siguientes en ser vacunados»

– ¿Este premio sabe a manjar después de tantos sinsabores?

– Viene con tristeza y alegría. Somos un sector muy discriminado. Esto nos da un poco de alas. Me alegro por el trabajo duro de nuestro equipo, por la hostelería vitoriana y por los vitorianos. Porque estamos en una hecatombe. Y,si me permites, se lo dedico a los vitorianos que han perdido un ser querido, a mi hijo Pablo ya Juanan, hermano de mi socio que pasa por momentos muy duros.

– ¿Especialización y adaptación son las claves para sobrevivir con la que les está cayendo?

– En hostelería hay que estar constantemente al día. Un modelo de negocio hoy exitoso no funciona dentro de x años.

– Les acusan de transmitir el virus. ¿Se sienten perseguidos?

– Nos sentimos muy discriminados. Pongo un ejemplo. El 5 de agosto vi cómo cerraron el Xixilu. Ahora ando con la serie Narcos, la de Pablo Escobar. Cuando fueron a detener a ese hombre había muchísima menos policía que cuando fueron a por el Xixilu, a por la pobre Mari Jose. Le cerraron el negocio como si estuviera Pablo Escobar allí dentro.

– Quizá sea más fácil bajar la persiana a bares y restaurantes que desinfectar constantemente el transporte público.

– Se han cebado con nuestro sector y no sé por qué. Porque no hay datos. Pensaba que una vez que nos cerraran, nos ayudarían. Si cierras todos los sectores me callo. No habría dinero para todos. Este sector carece de pulmón para aguantar. Y lo mismo con el sector turístico. Mira las agencias de viajes.

– Ya son tres asociaciones de hosteleros en Vitoria. Cómo afecta esa fragmentación a su capacidad de influencia.

– Son dos. El tercero, de momento, es un grupo de hosteleros. Los hosteleros están saliendo a la calle porque tienen que comer. Por eso nos tenemos que hacer oír.

– En noviembre metieron 10.000 personas en la Virgen Blanca.

– Esa fue una de las manifestaciones más maravillosas que se han visto en Vitoria. Se me puso la carne de gallina con tanta gente unida. El problema lo tenemos todos. Para unos es económico. Para otros, social.

– ¿Qué les confían los clientes?

– Están asustados. Aprovecho para hacer un inciso sobre los periodistas. Mi madre tiene 80 años y no sale de casa. Está todo el día con las noticias viendo desastre, desastre, desastre. Eso se interioriza. La gente también está cabreada. Y piensa en sí misma. Los mayores han dejado de ir a los negocios de hostelería. Hay un cambio de generación.

– Un relevante político local me comentó hace poco que «tras el miedo, la población pasó a la pena y ahora entra en el enfado». ¿Prevé disturbios si no mejora la situación?

– Cuando la gente no tiene para comer sale a la calle a buscarse la vida. Mira Venezuela.

– En diciembre nos vendían que nos pondrían vacunas a todos y mire la cruda realidad.

– Se te queda cara de tonto. Estamos esperando la vacuna, la tenemos y no la ponemos. Oigual no la tenemos. Ya no lo sé. Estoy totalmente de acuerdo en priorizar las residencias y a la gente vulnerable. Y lo mismo con los sanitarios. Pero si dicen que el bicho está en la hostelería que los siguientes seamos los hosteleros.

– ¿Le gustaría ponerse en la piel de Pedro Sánchez o de Urkullu?

– No, la verdad. Y a ellos me imagino que en la mía tampoco. El señor Urkullu debería hacer más caso a sus técnicos y menos a sus políticos. Lo digo por la comisión del Labi. Ese órgano sólo cuenta con dos técnicos y los demás son políticos. Yo soy gestor de hostelería. Pongo la idea, pero mi cocinero y su equipo son los que crean. De los dos del Labi, uno al menos es muy bueno (en referencia al alavés Enrique Peiró).

– ¿Habrá fiestas en este 2021?

– Los tambores para San Prudencio ya los podemos ir tapando. Con las fiestas de la Virgen Blanca me mojo. Si los políticos hacen caso a sus técnicos, podríamos tenerlas. Vacunar a la población significa normalidad y trabajo. Mira, hice la mili en Irún. En una mañana nos vacunaron a 4.000.