Cortada prevé combinar en diciembre pases presenciales y secciones on line

Nació hace casi un cuarto de siglo como una selección de los mejores cortometrajes que se proyectaban en el Zinebi de Bilbao y creció de la mano de Antonio Rivera y PacoValderrama. Ahora, con una personalidad y prestigio propios –los premiados son preseleccionados para los premios Forqué y los Goya–, Kepa Sojo y su equipo siguen atentos a otros ciclos. Aunque sea para sortear los obstáculos y llevar adelante la nueva edición del Festival de Cortometrajes de Vitoria-Gasteiz, del 16 al 19 de diciembre de 2020.

El director de 'La pequeña Suiza' explica que en Cortada han seguido «otros festivales que se celebraban antes que el nuestro. Algunos han suspendido, otros se han hecho de manera semipresencial, que es lo que queremos nosotros. Otros, como Korterraza, son presenciales pero con las restricciones oportunas. Queda tiempo y guardamos el as en la manga de hacerlo todo virtual si nos confinan de nuevo. Si no, con las normas de aforos y demás, queremos hacer la sección oficial y Gureak presenciales. Hemengoak, que antes era de cortos alaveses y ahora vascos, la ofreceremos virtual», avanza Sojo.

Además, es este caso «no habrá preselección, basta con ser nacido o residente en la comunidad autónoma vasca. Hemos cambiado el ámbito, porque antes incluía a Iparralde y nunca nos mandaban cortos y a Navarra», donde ya existen plataformas para sus cortometrajes y en las que no entran los de los territorios vecinos.

Dentro de la programación del ciclo –con proyecciones en el aula Fundación Kulturunea de Dendaraba– se desarrollarán las habituales secciones a concurso para optar a los premios al mejor cortometraje Cortada (2.000 euros y, como en todos los casos, trofeo), Gureak al mejor corto vasco (1.000 euros), mejor documental (500 euros), mejor animación (500 euros) y mejor corto Hemengoak (300 euros). Sin embargo, por este año el galardón al mejor corto en euskera no se celebrará, aunque estas películas pueden participar en Gureak o Hemengoak, con premio del público por Internet en este último caso.

También tendrá como sede la red el maratón videográfico Ehuskarabanda, con los cortos instantáneos en torno al campus alavés. Y con el euskera de idioma obligatorio, como figurará en las bases que en principio se harán públicas en el mes de septiembre. «Nuestra apuesta por el euskera es grande», recalca Sojo.

Los que no tendrán hueco en el programa de 2020 son los premios Unilabur y Ehulabur –de cortos universitarios en general y de la UPV en particular, respectivamente– que previsiblemente serán retomados en la edición de 2021. «Si es posible, lo haremos con más fuerza, porque la idea era que vinieran los directores de las diversas universidades y fuera un foro donde se hacen nuevos contactos y se plantean nuevos proyectos. El año pasado vinieron prácticamente todos a presentar sus películas», agrega el director.

Kepa Sojo expone que «hemos quitado cosas, como el premio del público, porque hay manipulación de bolígrafos y papeletas. Pero viendo que la gente ha vuelto a las salas de cine –aunque tampoco está siendo un alboroto– queremos mantener el espíritu de las anteriores ediciones. Y también nos estamos dando cuenta de que Internet es una herramienta muy valiosa y algunas de las cosas que vamos a hacer virtuales, como esta sección vasca, es posible que las mantengamos en este formato en ediciones posteriores», explica Sojo, que en su labor docente en la UPV ha podido comprobar las posibilidades de las clases online durante estos meses.

En este tiempo, la pandemia también ha afectado a la producción de filmes. Sojo señala que «es cierto que ha bajado, pero también ha habido gente que ha aprovechado la situación para hacer cortos pequeños, con muy poca producción, dentro del confinamiento».

Eso sí, en Cortada han decidido apuntar hacia unos estándares de calidad y «hemos indicado en las bases –festivalcortada.com– que los cortos tienen que estar calificados en el ICAA (Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales). Son los que luego se presentan a los Goya o festivales internacionales. Es un pequeño filtro de calidad». El realizador también admite que se evitará que el comité de selección tenga que darse la paliza de ver innumerables propuestas, «porque hay quienes hacen una cosa con el móvil una tarde y te la mandan».

En conjunto, esta mayor exigencia se traducirá, junto al descenso de producción, en una participación notablemente más baja. «Otros años hemos recibido 1.800 cortos y ahora, con las bases ya publicadas, llevamos unos 90. En condiciones normales, a estas alturas serían 300 o 400», calcula el director alavés.

Y, hablando de cifras, las circunstancias especiales harán que el presupuesto sea menor –«aún no lo hemos cuadrado», indica Sojo– pero Cortada quiere resarcirse el próximo año, para celebrar por todo lo alto su XXV aniversario. «Si todo va bien, intentaremos hacer un festival más potente y crecer. Por ejemplo, tenemos en la cabeza una sección de corto internacional europeo. Pero habrá que ver cómo va evolucionando todo para hacer unas bodas de plata como se merecen. O seguir adaptándonos a los tiempos», concluye el cineasta.