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Delitos sexuales en Euskadi
Condenado en Vitoria por abusar de una mujer que tiene 42 casos abiertos por ataques sexualesSu nombre y apellidos aparecen en –al menos– 42 expedientes repartidos por los juzgados de Instrucción de la Vitoria. En todos, esta mujer con ... un «trastorno esquizoafectivo, vulnerable y manipulable» figura como «víctima» de algún ataque sexual, siempre a manos de hombres distintos. Este miércoles se juzgó a uno de estos 42 sospechosos en la Audiencia Provincial de Álava.
Pese a que el fiscal Fidel Cadena pedía de inicio un lustro de cárcel por un «abuso sexual», antes de arrancar la vista oral apalabró un acuerdo con el abogado defensor, Santiago Llorente. El castigo bajó a dos años, que no implicarán ingreso penitenciario. Su cliente sí deberá completar 147 días de trabajos en favor de la comunidad. Tendrá prohibido acercarse o comunicarse con la víctima los próximos 3 años. Tampoco podrá recibir ni una multa durante ese periodo porque le anularían esta medida de gracia. Por último tuvo que escribir a su víctima una carta de disculpa.
La benevolencia con el condenado responde a las peculiaridades que rodean este caso. Posiblemente no haya una situación igual en toda España. Las 42 denuncias con 42 posibles autores son un calco. Ella salía a dar un paseo. Había un encuentro casual en la calle para acabar en una relación íntima, al parecer tras aprovecharse estos hombres de su discapacidad psíquica. En su posterior visita a Urgencias, los facultativos activaban el protocolo contra la violencia sexual.
El primer caso data de 2018. Algunos han sido archivados, otros se juzgaron con al menos dos absoluciones y la mayoría siguen abiertos.
En otros juicios ya celebrados, los peritos forenses desgranaron que esta mujer tiene diagnostico «un trastorno esquizoafectivo de larga evolución asociado a un retraso mental moderado», lo que le convierte en «manipulable, vulnerable». Y más cuando «quiere tener una relación de pareja por sus expectativas, pero presenta limitaciones claras de no darse cuenta de las consecuencias de la relación sexual. Tiene un consentimiento viciado».
Hace poco, una fundación se hizo cargo de su curatela (tutela judicial) tras renunciar su única familiar en el País Vasco, una hermana sobrepasada por la situación. Los cambios de hogar –Marruecos, Ayala o Vitoria– respondieron a sus intentos por salvaguardar la integridad de esta mujer «incapaz de detectar situaciones de riesgo». Medios judiciales y policiales creen que «algo o alguien está fallando para que haya tantas denuncias».
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