Los colegios alaveses de Infantil y Primaria pierden el 10% del alumnado desde 2020
Dos de cada tres han retrocedido en el número de matrículas y la caída afecta en mayor medida a la red concertada
Dos de cada tres centros educativos alaveses han perdido alumnado de Infantil y Primaria entre el curso 2020/21 y comienzos de 2024/25. La caída se sitúa casi en el 10% y afecta tanto a la red pública como a la concertada, aunque esta última acusa un bajón mayor. En estos cuatro cursos se ha dejado casi el 11% de su alumnado, un punto más que las escuelas públicas.
La radiografía, realizada a partir de datos oficiales del Departamento de Educación a los que ha tenido acceso ELCORREO, arroja una tendencia negativa en todo el territorio. Las comarcas que, en proporción, más estudiantes han perdido son las de Añana (20%), Llanada Alavesa (15,06%), Rioja Alavesa (14,78%) y Ayala (14,61%). En el resto, el descenso es más contenido pero la realidad es que ninguna gana escolares.
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Resulta algo obvio, a la vista de la evolución del índice de natalidad. En 2020 nacieron en Álava 2.397 niños; en 2024 fueron 2.094. Se trata de una caída superior al retroceso en el número de matrículas, pero tiene una explicación. En este tiempo, el territorio ha recibido un flujo migratorio que se ha disparado en los últimos años y ha permitido a los colegios y escuelas aliviar un poco la pérdida de matrículas. La caída en la natalidad tampoco se corresponde al cien por cien con la pérdida de alumnado de las distintas áreas escolares porque existe una alta movilidad. Muchas familias escolarizan a sus hijos en municipios distintos a donde residen.
Si se excluyen de la ecuación las haurreskolak y escuelas infantiles privadas, la proporción de centros que reducen sus matrículas se dispara al 90%. Cada curso llegan menos alumnos a estas etapas de los que salen. La otra cara de la moneda son precisamente las haurreskolak. La gratuidad del servicio ha disparado las matrículas un 33% en este tiempo.
2.094 Nacimientos
Niños nacieron en Álava en 2024, mientran que cinco años antes fueron 2.397.
Si se pone el foco en los colegios, se pueden extraer algunas conclusiones de las tendencias que se están dando en los últimos años. Por ejemplo, uno de los centros educativos –excluyendo haurreskolak y escuelas infantiles– que más ha crecido en Álava desde 2020 es el público Aldaialde del barrio de Zabalgana, que ha ganado 227 alumnos en Infantil y Primaria. El centro está ubicado en uno de los distritos más nuevos y con población joven de Vitoria, por tanto donde más niños nacen. Aunque en menor medida, este crecimiento también se da en otras escuelas de barrios jóvenes de la capital alavesa, como es el caso de Errekabarri (Salburua), que ha ganado 66 alumnos en cinco cursos.
En porcentaje, el centro alavés que más alumnado ha ganado en este periodo ha sido Aiurri Montessori (148%). Las instalaciones de esta escuela privada de Júndiz en la que apuestan por una educación libre de tecnología y en contacto directo con la naturaleza han pasado de acoger 25 menores a 62.
En su contexto
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Crecimiento y fusiones Entre los pocos centros que han aumentado su alumnado en el último lustro están los ubicados en barrios jóvenes como Aldaialde en Zabalgana (227 alumnos más) o Errekabarri en Salburua (66 más). Aquellos que se van a fusionar en los próximos cursos pierden, como Umandi (-17%) y Padre Orbiso (-35%).
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33% Lo que han crecido las inscripciones en las haurreskolas públicas por la gratuidad, lo que permite aliviar la caída global en la escolarización. Si se excluyen de la ecuación junto a las escuelas infantiles privadas, el 90% de los centros educativos pierde alumnado.
En la otra cara de la moneda se encuentran los colegios que pierden alumnado, que son la mayoría. Nazareth es uno de los casos más evidentes. El próximo curso eliminará otras dos clases y se asoma a un cierre inevitable. En el último lustro ha perdido el 39% de sus estudiantes. Una de las soluciones a esta sangría son las uniones o fusiones de centros, algo que todavía no se está produciendo en la red concertada alavesa pero sí en la pública. A partir de septiembre, Umandi y Padre Orbiso se transformarán en un único proyecto educativo renombrado como Arriagako Haritza. El primero ha perdido un 17% de niños y el segundo un 35%, lo que hacía insostenible su mantenimiento por separado. La siguiente unificación será la de Adurtza (-7%) y San Ignacio (-14%), ambos en la calle Iturritxu y separados únicamente por una valla. También está sobre la mesa del departamento de Educación, aunque todavía sin fecha, la posibilidad de fusionar Santa María de Vitoria y la ikastola Landazuri, que pierden un 15% y un 1% de alumnado, respectivamente.
Captación de alumnado
Más allá de que la mayoría de centros educativos pierden alumnado, para algunos este decrecimiento los coloca en una situación límite. Según los cálculos realizados por este periódico con los datos oficiales, en torno a una veintena de colegios y escuelas alavesas están en riesgo de cierre en el corto plazo. Se trata de centros que han perdido un tercio de su masa crítica y que, además, han pasado a tener sólo una línea, es decir, un aula por curso. Son, sobre todo, centros católicos y públicos y la mayoría acogen alumnado vulnerable. La situación en Bizkaia es todavía más delicada, donde la cifra alcanza la treintena y las fusiones se plantean ya en la red concertada.
En este contexto, la captación de alumnado se convierte cada año en una tarea de vital importancia para los equipos directivos de los colegios. «La captación se ha profesionalizado mucho, hemos implementado lo que llamamos experiencia de cliente, un concepto que viene del mundo empresarial y que hemos adaptado», sostiene Alberto Echezarra, director pedagógico de Corazonistas. En el caso de este centro han podido contener el descenso de alumnado en las etapas inferiores con los nuevos estudiantes de Bachillerato, etapa en la que han pasado de tres a cuatro líneas. «Nuestro Bachillerato es muy demandado y había cursos en los que se llegaban a quedar fuera hasta 60 familias, por eso decidimos ampliar la oferta», explica Echezarra.
«Algunos de los centros que están en riesgo de cierre a corto plazo no interesan a parte de la población por acoger alumnado vulnerable»
Ricardo Arana
Maestro jubilado
«Si existe una sobreoferta de plazas, las medidas para atajar la segregación no sirven para nada»
Mario Segurola
Fundación Bofill
«Es una oportunidad para redirigir el excedente de docentes y recursos económicos para impulsar planes de refuerzo»
Lucas Gortazar
EsadeEcPol
Expertos en educación apuntan a varios factores que explican la realidad actual. «Somos una sociedad muy dualizada, en la que las clases medias y pudientes envían a sus hijos a centros donde se juntan con sus iguales», apunta Ricardo Arana, maestro jubilado y gran conocedor de la realidad educativa vasca. Es la famosa segregación, que en Euskadi es más acusada que en el resto de España, salvo el caso de Cataluña. «Algunos de esos centros en riesgo de cierre no interesan a la mayoría de la población porque son de pobres», zanja Arana.
María Segurola, investigadora de la Fundació Bofill de Cataluña y experta en políticas contra la segregación en el ámbito municipal, advierte del riesgo que, ante la caída de la natalidad, supone mantener abiertas las mismas plazas escolares. «Si existe una sobreoferta, las medidas para tratar de atajar la segregación no sirven para nada», apunta.
Según algunas proyecciones, el bajón demográfico pondrá en peligro 2.000 puestos de trabajo de docentes. Lucas Gortazar, director del área educativa de EsadeEcPol, ha estudiado esta cuestión. A su juicio, habría que aprovechar el «excedente», tanto de recursos económicos como humanos, para reforzar la codocencia –más de un profesor en el aula al mismo tiempo, algo que ya se pone en práctica en algunos colegios– o refuerzos en competencias básicas como Matemáticas y Lectura. El departamento vasco de Educación ha puesto en marcha planes en este sentido.
*Datos de Infantil y Primaria.
Las matrículas en el aula de 2 años dan un respiro y crecen un 0,8%
Las matriculaciones en el aula de 2 años, que es el nivel de entrada más habitual al sistema educativo vasco, darán un respiro a los centros educativos el próximo curso. Según datos oficiales a los que ha tenido acceso este periódico, un total de 11.916 menores han sido inscritos para el año escolar que arranca en septiembre, lo que constituye un ligero incremento del 0,8% respecto a los datos de hace un año.
El 95% de los 11.822 alumnos matriculados en este nivel el pasado curso fueron admitidos en su primera opción, una cifra similar a ejercicios anteriores. El resto fueron derivados a centros que no eran su prioridad. En muchos casos esto se debió a las medidas puestas en marcha por el Departamento de Educación para combatir la segregación escolar, como la obligación de reservar una serie de plazas para alumnado vulnerable.
La matriculación en los últimos años no ha seguido una tendencia uniforme. Hace dos cursos, el número de inscripciones creció un 1,5%. Fue el primero sin restricciones por la pandemia, lo que influyó en la cifra. Un año después volvió a caer de forma notable, casi un 3%, y ahora vuelve a recuperarse.
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