Música, luces e irrintzis se suman a los aplausos en Vitoria

El enclaustramiento obligatorio que viven los ciudadanos está permitiendo a muchos desarrollar su imaginación. Con más tiempo para pensar, porque incluso los que trabajan, o al menos la mayoría, tienen más tiempo libre, las iniciativas más o menos brillantes, entretenidas, divertidas... se repiten. Los minutos de aplausos desde las ventanas que cada día se convierten en una estruendosa ovación para los sanitarios que, poco a poco, va incorporando otras escenificaciones.

Los cohetes se han oído ya más de una noche en Salburua y los bocinazos no llegan ahora a través del claxon de los coches sino desde más de una ventana de distintos rincones de la ciudad. Pero lo que cada día gana más protagonismo es la música. La retreta interpretada a trompeta ha somado más de un día en la zona de Sancho el Sabio. La dulzaina acompaña a los aplausos en San Martín y el saxofón, en Ariznavarra. Incluso en Lakua se ha escuchado ópera. O Lau Teilatu, en la zona de Salburua. Sin olvidar el irrintzi que ha lanzado algún vitoriano en este mismo barrio y en Zabalgana que seguro ha llegado también a los oídos de los homenajeados.

La música suena con intensidad por los Astrónomos; alguna vuvucela en Salburua y en una ventana de Sancho el Sabio han desplegado una guirnalda de luces que parece rescatada de los adornos navideños. Todo se une a la ovación que cada día a las ocho de la tarde brindan los vitorianos a sus sanitarios.