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Enrique Borda atiende el teléfono desde la plaza de San Pedro, minutos antes de que se abran las puertas de la Basílica para acceder a ... la capilla ardiente del Papa Francisco. Forma parte de un grupo de cinco sacardotes de Vitoria que el lunes volaron a Roma en un viaje programado desde hace tiempo con motivo de una peregrinación por el Año Santo. Tuvieron conocimiento del fallecimiento del Papa en pleno viaje y fue toda una sorpresa para ellos.
«Ha sido una enorme casualidad que nos haya pillado aquí. Estamos viviendo un momento histórico sin buscarlo, ha sido providencial», traslada Enrique, capellán en el colegio Virgen Niña y párroco de Gamarra. Le acompañan Javier Zubiaurre, Erles Barboza, Txetxu Medina y Hoat Yung, sacerdote vietnamita que se encuentra en la capital alavesa estudiando Teología.
A las 8.45 horas han accedido a la plaza de San Pedro para poder despedir a Jorge Bergoglio. «Hemos pasado dos controles de seguridad y hemos podido esperar sentados en unas sillas. A las 11.00 se abren las puertas y esperamos poder verle antes de las 12.00. Estoy seguro de que lloraremos cuando nos encontremos ante él», confesaba el sacerdote vitoriano durante la espera. En la misma plaza, miles de personas aguardan para poder dar ese último adiós. «Hay muchísima gente, muchísima, ahora mismo sólo veo cabezas», trasladaba el religioso vitoriano sobre el terreno.
Esta tarde, el grupo tiene previsto visitar la Capilla Sixtina, donde dentro de unos días se celebrará el cónclave para elegir al nuevo Papa. «Esperemos poder hacer la visita», confían. Ayer ya estuvieron en la basílica de Santa María la Mayor de Roma, donde será enterrado Francisco, y donde fueron testigos de los preparativos para ello. Mañana toca regresar a Vitoria tras una experiencia que jamás olvidarán.
Hace semanas, cuando organizaron el viaje, solicitaron una audiencia con el Papa para este miércoles. Sin embargo, recientemente les comunicaron que no iba a ser posible debido a su delicado estado de salud. «Aun así teníamos esperanza de poder verle ya que hoy es San Jorge, el día de su santo. Y creíamos que quizás se dejaría ver de algún modo». No esperaban que las circunstancias fueran las actuales.
«Ahora mismo el sentimiento de todos los cristianos es de tristeza. Pero también me gustaría recordar unas palabras del Evangelio que dicen 'vosotros estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en alegría'. Lloraremos cuando estemos ante el féretro, pero ese sentimiento se transformará en felicidad cuando tengamos un nuevo Papa», comparte Enrique, que durante este viaje se está alojando junto a sus cuatro compañeros en una casa de monjas muy cercana a la Basílica de San Pedro. «Las vistas son privilegiadas. De hecho desde la terraza de nuestro alojamiento están filmando varias televisiones americanas».
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