Por cese de actividad

Pasea uno por el Ensanche de Vitoria y los barrios que también la componen y la mirada involuntaria se detiene ante carteles pegados a los escaparates para, expresamente, concitar la atención. Lonjas inanimadas con la voluntad por parte de sus dueños de cambiar la titularidad mediante el reclamo en gruesas letras de molde. Unos avisos dicen 'se vende', otros 'se alquila' y los de más allá formulan el deseo de transferencia al mejor postor a través de cualquiera de las dos fórmulas ya mencionadas. En casos concretos añaden informaciones. ¿Ejemplos? 'Por jubilación', un pretexto firme que significa la rotura de la cadena generacional ante la carencia de hijos con el ánimo mercantil de continuar los negocios familiares. Y entre esas advertencias pueden toparse los ojos con otro tipo de 'excusa'. Me refiero a los locales que piden por escrito un relevo de propietarios con el drástico argumento 'cese de actividad'. Pues hagamos un ejercicio visionario de ciencia ficción a medio plazo. Situémonos dentro de un año escaso en Álava y cabrá entonces la posibilidad de aplicar a todo el territorio histórico el rótulo de cerrado por esa causa de los brazos abatidos. Durante 2019 el cíclico calendario marca San Prudencio en domingo y, como según las cuentas festivas a beneficio de inventario nos llevaremos una, la foralidad ordenará la honra al patrón el 29 de abril. Teniendo en cuenta a estas alturas laicas que la Semana Santa del ejercicio próximo cae a mediados de abril nos sale un puente a acueducto unido que ríanse ustedes del de Víllodas y hasta del de Segovia.