Cerrado por seguridad
Todas las ciudades, Vitoria también, tienen una cara diurna y otra nocturna. Y el cambio de una a otra se acompaña de inseguridad
Leo estos días atrás que el Ayuntamiento comienza la recuperación integral del Casco Viejo, que no antiguo, y que lo hace remodelando el parque de ... Echauri. Lo veo bien, por algún sitio hay que empezar. Otra cosa es para qué vaya a servir esa remodelación. Durante el día seguro que va a estar fenomenal, ya lo está, ocupado por personas que pasean, se sientan en los bancos, niños/as que juegan. Lo mismo que ocurre con los próximos jardines de Echanove, aunque con una diferencia que enseguida quiero hacer notar y necesito introducir.
Hace años descubrí la existencia doble de las ciudades. Fue, sobre todo, con motivo de salir de Vitoria hacia Europa acompañando a los alumnos/as de viaje de estudios. En París, después de las visitas del día, dejábamos el autobús en una zona próxima a la Torre Eiffel con la seguridad de que había muchos otros aparcados del mismo oficio que el nuestro. Quedábamos allí a las 9 de la noche. Los alumnos/as y nosotros, felices de nuestra libertad. Antes de las 9 comenzaban a llegar, asustados. Me decían, Loza, no hay más que mala gente. Hemos pasado miedo. En el metro, viniendo por aquí, nos han querido vender droga, nos han dicho cosas, las chicas... ¡horrible! Es que de repente no había nadie. Así.. normal... En Roma, donde llegamos en un autobús litera, los chavales, ellos también, muy asustados, nos pidieron sobre la misma hora que nos fuéramos –¡ya!– de allí porque no se encontraban seguros.
Pensándolo después, incluyendo cada vez más a Vitoria en esa realidad, las ciudades, todas, tienen una cara diurna y otra nocturna. A partir de una hora, cada una tiene la suya, la ciudad del día desaparece para dejar paso a la de la noche, a veces la de la madrugada.
Como intuían los alumnos/as la gente que anda a esas horas de la noche no tiene nada que ver con la del día. Hasta el lugar más amable y risueño con luz se transforma en lúgubre y peligroso con la sombra de la noche; a pesar de la iluminación.
Acompaña a este cambio de look urbano una sensación general de inseguridad. Algo impensable en Vitoria, hace unos años, cuando lo de la ciudad provinciana y así, pero cada día más real, desgraciadamente.
Dentro de este ambiente general hay lugares especialmente críticos, algunos históricos ya. En todas las ciudades, también en Vitoria, incluso en aquella Vitoria, a casi nadie, sobre todo chicas, se le ocurría atravesar La Florida de noche. Después ocurrió lo mismo con todos los maravillosos grande jardines de los que nos fuimos dotando. Eso a pesar de que, con buen criterio, se fueron eliminando las absurdas zonas arbustivas altas que favorecían esa inseguridad de la que hablo.
Ahora voy a donde voy. Los jardines de Echanove, hay otros casos, se cierran por la noche. ¿Por qué? Porque a la noche no aportan nada bueno abiertos.
Hace años hice pública una idea muy antigua, original incluso. La de que La Florida fuera un museo/parque botánico. Con su dotación museística correspondiente, sus invernaderos,... Y, lógicamente, su cierre de seguridad nocturno. No se me hizo caso. ¿Por qué? Porque, al final, seguir los dictados del sentido común es lo menos común; pero sigo pensando igual o más. Porque la necesidad de asegurar determinados espacios por la noche es cada día mayor, según va aumentando la gente del lado oscuro.
Cerrar los cantones
Para las zonas ajardinadas nuevas, imposibles de cerrar por completo, propongo mucha luz, mucha cámara de vídeo y pasillos de seguridad señalizados, especialmente iluminados, focos que se encienden al paso, y vigilados. Para lo que se pueda, La Florida, los parques como el de Echauri, algunos cantones del Casco Viejo, el cierre a partir de una hora.
Respecto a los cantones, incluida la calle pasaje de San Pedro, la medida puede parecer extraña pero no lo es tanto, si se mira. A partir de las horas de las que hablo no sirven más que como urinarios y facilitadores del robo, el trapicheo y el consumo. No se gana nada con ellos abiertos. En mi opinión, el Casco Viejo mejoraría si se eliminaran del todo. Se dejaran como los caños, con sus verjas transparente y su cerradura para la visita guiada.
Las ciudades no se diseñan para siempre. El trazado original de Vitoria ha sido modificado en múltiples ocasiones a lo largo de su historia. Se han abierto espacios, pasos, se han cerrado, según conveniencia. El pasaje San Pedro es moderno y, tal como está ahora, totalmente prescindible. El cantón de San Roque, también; por ir adelantando terreno.
Es muy difícil evitar la existencia de las dos ciudades pero algo se puede hacer para que la segunda sea más segura. Intentarlo es nuestra responsabilidad y determinados cierres pueden ayudar.
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