Exterior del centro cívico Ibaiondo. Igor Aizpuru

Cosas veredes

Y ahora, los centros cívicos de Vitoria

Domingo, 18 de febrero 2024, 00:29

Los trabajadores de los centros cívicos, dependientes de la empresa que en su día ganó el concurso para llevar la gestión de los espacios deportivos, ... acaban de avisar que de no cobrar la nómina el próximo 26 de febrero, irán a la huelga para presionar a la concesionaria. Según anuncian desde el Comité de Empresa, lo de cobrar tarde y mal les sucede desde hace dos años. Y sin nómina, es imposible vivir. Por lo que elevar la presión hasta recibir lo justo por su trabajo y llevarlo a las últimas consecuencias, parece terriblemente razonable.

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Por otro lado, es posible que haya visto esta misma semana paradas llenas de gente esperando al autobús o marquesinas cargadas de carteles o, incluso, una caravana de coches con lemas referentes a la huelga de Tuvisa. Los conductores del autobús urbano han decidido dejar a las personas más vulnerables sin transporte público porque, según dicen, no se cumple su horario y, además, la flota de autobuses es muy vieja y peligrosa.

Todas las huelgas son decisión de los comités y como tales hay que respetarlas. Es un derecho indiscutible. Pero eso no significa que todas sean acertadas. En algunos momentos, la medida es desproporcionada para el fin que se busca. En el caso de Tuvisa, un parón prácticamente total parece desmedido y uno, que ya conoce algo la casa municipal, sospecha que detrás del quilombo que hemos vivido estos días trascienden razones como la supuesta debilidad de un gobierno municipal en minoría o la flexibilidad de anteriores responsables consistoriales para llegar a acuerdos a cargo del erario público.

Tanta laxitud se ha tenido hasta ahora con esta empresa municipal que los datos arrojan que Vitoria será una de las ciudades con mejor convenio de España para sus conductores. Por ejemplo, un chófer de Tuvisa, de media, cobra aproximadamente lo mismo que un profesor de Primaria. Algo más de 36.400 euros anuales según el Presupuesto aprobado para este año por la sociedad pública.

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En vacaciones, también andan parecidos al sambenito que persigue a los maestros: según el Consistorio, disfrutan de una media de tres meses de asueto que se disfrutan en un mes completo al que se le añaden tres quincenas a lo largo del año, 6 días de libre disposición y hasta 10 días más dependiendo de la antigüedad. Tienen, sin duda, el mejor convenio de todo el Ayuntamiento. A pesar de ello, han considerado que ir a la huelga y dejar a miles de ciudadanos tirados, a cientos de jóvenes sin gautxori en Carnaval, a cientos de trabajadores sin poder ir a su puesto de trabajo era una medida inevitable. Están en su derecho a reivindicar lo que consideren. Pero eso no significa que sea justo y proporcionado.

Retribuir a los conductores de forma generosa es un modelo que no es bueno ni malo. Es el que el Ayuntamiento ha decidido por acción u omisión durante los últimos años. Los trabajadores no son culpables de querer tener las mejores condiciones posibles. Si son exageradas, en todo caso habrá que señalar a quien lo decidió. Pero de lo que sí son responsables es de las medidas de presión que han tomado. Los paganos son las clases más necesitadas de la sociedad: estudiantes, trabajadores, comerciantes, personas mayores… que al paso que vamos, tampoco podrán ir a hacer deporte por la huelga en los centros cívicos. Ánimo y fuerza a sus trabajadores para cobrar sus nóminas y ser retribuidos en tiempo y forma de manera justa.

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