La casa de los 'pintores' de Vitoria
La Escuela de Artes y Oficios cumple 250 años como una institución pionera en la creación local. Y conmemora el centenario del edificio
Piense en el nombre de un artista, especialmente de un pintor del último siglo en Vitoria. Díaz Olano, Fernando de Amárica, Mauro Ortiz Urbina, Gustavo de Maeztu, Adrián Aldecoa, Mariano Basterra... pero también de generaciones posteriores. Rafa Lafuente, Juan Mieg, Moisés Álvarez Plágaro, José Luis Álvarez Vélez, Suárez Alba, Iñaki Martínez de Arbulo, Juan Luis Moraza, Modesto Lomba...
¿En común? Todos pasaron como profesores, alumnos o protagonistas de alguna exposición en la Escuela de Artes Oficios, que cumple 250 años de su fundación. Nada menos que un cuarto de milenio. Su origen se remonta a la Escuela Gratuita de Dibujo (1774-1808), más tarde Academia de Bellas Artes de Vitoria (1818-1889), germen del actual centro.
Declarada hace una década Patrimonio Cultural Inmaterial de Vitoria por el Parlamento Vasco, en la actualidad los alumnos se acercan al millar, entre los 4 y los 90 años. Y una serie de aniversarios simbolizan la grandeza que todavía se puede respirar por sus pasillos. Eso sí, «desde su origen y durante el siglo XIX, la institución tuvo como objetivo formar a los artistas», como recoge la historiadora Francisca Vives en un libro fundamental, 'La Academia de Bellas Artes de Vitoria', que reúne su investigación histórica acerca de la institución que ha ofrecido asignaturas tan variopintas como 'Costura', 'Euskera' e 'Informática'. Como 'artista' también se encontraba la consideración de artesanos. Es decir, esta formación iba sobre todo enfocada a la economía y la industria de la ciudad.
Un buen ejemplo de esa conexión laboral, de esos 'oficios' y oportunidades profesionales, lo ofrece el gran retratista Javier Ortiz de Guinea (Vitoria, 1946). Su firma se lee en un lienzo suyo colgado de las paredes del centro. Para él, el paso por la Escuela de Artes y Oficios a finales de los años sesenta fue como el «doctorado de un dibujante», señala. De hecho, sus estudios fueron la llave para entrar a trabajar en la sección de arte de Fournier, donde desarrolló gran parte de su vida laboral.
1774
Año en el que se abre la Escuela Gratuita de Dibujo (1774-1808), más tarde Academia de Bellas Artes de Vitoria (1818-1889). La denominación como Escuela de Artes y Oficios llega en 1889, hasta nuestros días. Fue ministerio franquista, de 'Educación Nacional', en el 38-39.
La creación se debió a la iniciativa de la Real Sociedad Bascongada de Amigos del País y fue promovida principalmente por Ramón María Munibe, conde de Peñaflorida, en el año 1774.
Conde de Peñaflorida, gran impulsor
José Antonio Fiestras, otro artista ilustre, pasó por clases de dibujo durante una breve estancia y se formó en taquigrafía y mecanografía. «Aquello me sirvió mucho luego para desarrollar la labor de oficina. Tendría unos cuarenta años y voy para 81», cuenta. Tanto Fiestras como Ortiz de Guinea recuerdan especialmente al «genio» del profesor Rafael Lafuente, al que el museo Artium le dedicó una muestra el año pasado. Como anécdota, Ortiz de Guinea recuerda que causó cierto revuelo entre la dirección y en la sociedad que en el 69, en la asignatura 'Modelo vivo', se contara también con una mujer -además de hombres- para posar desnuda en clases, en esos finales de los años sesenta. No se olvida tampoco el pintor vitoriano de las clases de 'Cerámica', que impartía Ángela Etxeberria. Al igual que de Piko Zulueta y Koldo Mendaza, en 'Fotografía', en una segunda etapa como alumno en el centro entre 2006 y 2012. «Aprendí mucho también».
Biblioteca y paraninfo
Si se rebobina en la línea del tiempo de la Escuela de Artes y Oficios hasta 1877 nos encontramos con que también el taller fundado por Heraclio Fournier encargó el diseño de una baraja de cartas, que «marcó un antes y un después», a uno de sus profesores, Emilio Soubrier, y a su alumno aventajado, Díaz Olano, que no tardaría en convertirse en un gran maestro. La biblioteca del majestuoso edificio, a mano derecha tras pasar el primer portón, lleva el nombre de 'Fournier', donación de la familia. Otra evidencia de la relación entre los oficios y la empresa.
Todo esto sin dejar de lado el aliento artístico. El historiador Santiago Arcediano explica que ha sido un «centro de formación profesional». Pero su recorrido también sirve como repaso de los «grandes pintores que tienen calle en esta ciudad» que han expuesto en el paraninfo de la Escuela. Ahí caben Amárica, que protagonizó una exposición en el paraninfo en el año 1924, Díaz Olano al año siguiente y, más tarde le tocó el turno a Ortiz Urbina (27) y Maeztu (28). Sirvan como pinceladas de muchas exposiciones que llegaron después.
100
años de la construcción de la actual sede (1923), obra del arquitecto Díaz Tolosana.
El Patronato en la actualidad lo forman el Ayuntamiento de Vitoria, junto a Diputación de Álava, la Real Sociedad Bascongada Amigos del País y la Cámara de Comercio e Industria de Álava
Centro de enseñanza no reglada
El 250 aniversario se suma a otra fecha señalada: el centenario de la inauguración del actual edificio (noviembre de 1923), en la plaza del Conde de Peñaflorida, obra del arquitecto Luis Díaz Tolosana. Antes la sede se había fijado en Las Escuelas o en el palacio Escoriaza Esquíbel. Aunque no hay grandes biografías acerca de Tolosana, es el mismo que firmó el emblemático edificio de Correos, en la calle Postas.
Otro ejemplo de la estrecha vinculación con la sociedad de la institución es que esa mudanza desde el Casco Viejo al actual emplazamiento fue posible gracias a una suscripción pública que arrancó con 200.000 pesetas, con aportaciones del Círculo Vitoriano, Casino Artista Vitoriano o la Casa de Álava en Argentina. Es decir, la sociedad sentía que era una «necesidad» contar con una nueva sede para un centro que se plantea cómo soplar las velas.
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