No se ve un carajo

Avisa el Ayuntamiento que procede a mejorar las percepciones visuales en la plaza de la patrona que representa el salón familiar de la capital alavesa y en la de Los Fueros. Y añade que ya ha metido mano en los focos que ¿alumbran? Dato con sus confluencias. Hablo de urbanismo, no de Podemos. Pues menos mal, ¡cómo estarían antes, envueltas ellas por la penumbra! Calma, que no reclamamos la efervescencia chabacana de Las Vegas ni aun mecida por la voz melodiosa de Elvis Presley. Pero entre ese derroche de bombillas sin fin y el crepúsculo habitual de aquí digo yo que habrá unas cuantas estaciones intermedias. Me apuesto diez pavos en la ruleta a que existen niveles donde habita el sentido común.

En unos cuantos asuntos relevantes Vitoria presenta, para orgullo social poco presente, muchas más luces que sombras. Pero en esto de encender candela nocturna le ocurre lo contrario. Claro que para valorar la densidad de las sombras se requieren luces y si nos lamentamos de que hay pocas… Uf, menudo galimatías en el que me envuelvo sin la ayuda de nadie. El bando municipal habla de que se hará la luz y pienso que ojalá gane la batalla a las tinieblas reinantes. Y voy a encender el flexo, que ya no distingo ni lo que escribo.