La caída de un árbol destroza un coche en Vitoria

Un árbol ha destrozado un coche en Vitoria. Ha sido en la noche de este sábado, en la calle Andalucía de la capital alavesa, donde la caída del ejemplar natural ha reventado la carrocería del vehículo por el impacto sin tener que lamentar, afortundamente, daños personales. Los bomberos han acudido al lugar para, una vez acordonada, cortar las ramas y limpiar la zona para evitar accidentes.

Hace apenas cuatro meses un suceso similar provocó un gran susto en el barrio de Arriaga, en la calle Alfonso XI. Aquel día un árbol se desplomó sobre las tres de la tarde, sin daños de relevancia, aunque una de las ramas pequeñas llegó a golpear a una mujer. El lugar del incidente, cerca de una pista deportiva, generó malestar entre los vecinos de los bloques aledaños, que ya habían trasladado estos problemas a jardineros municipales.

Y es que los árboles de Vitoria llevan tiempo dando señales de debilitamiento, tales como pérdida de follaje, marchitamiento de las hojas y reducción del crecimiento. En el anillo verde que rodea la ciudad también hay árboles caídos. En el parque de Salburua, por ejemplo, donde algunos ejemplares cortan el camino a los viandantes que se acercan a la zona a disfrutar de un paseo por esta joya natural vitoriana que a día de hoy presenta un deteriorado aspecto.

El departamento de Espacio Público que dirige Beatriz Artolazabal ha encargado este año una investigación en profundidad de la calidad de los suelos en 16 espacios verdes de la ciudad, entre ellos Arriaga, Olárizu, La Florida, El Prado, Judimendi, Gazalbide y San Martín. «Estamos ante una situación grave que tenemos que corregir», advirtió Artolazabal, antes de anunciar un plan de acción para revertir ese deterioro.

La compactación del suelo es el problema más acuciante. «Como una esponja, el suelo necesita poros para que circulen el aire, el agua y los nutrientes. Pero cuando se pisa mucho o cuando pasan vehículos sobre él, estos poros desaparecen, la tierra se endurece y las raíces no pueden respirar ni nutrirse, sufren estrés», explicó entonces.

No es sólo eso. Ese sustrato presenta poca vida microbiana, deficiencias nutricionales y, en ocasiones, residuos. El efecto es que el árbol pierde vigor o muestra signos de envejecimiento rápido. «Se debilita, se estresa y puede morir», resumió la concejala. A esto hay que añadir los efectos del cambio climático.

El Ayuntamiento pondrá en marcha un plan integral de intervención para restaurar la salud del suelo en los parques urbanos que comenzará a ejecutarse en 2026 con una visión a largo plazo. Durante meses se «aflojará» mecánicamente el suelo con maquinaria especializada, sin dañar las raíces, para airearlo y luego rellenarlo con compost y arena.

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