«Busco hacer reflexionar sobre la facilidad para levantar muros de nuestra sociedad»
«Sé que puede generar polémica», dice el artífice de la barrera levantada en la plaza de la Virgen Blanca con motivo de la Bienal Internacional de Arquitectura
Nunca antes se había visto algo similar en la plaza de la Virgen Blanca. Un muro de 3,5 metros de altura divide buena parte ... de este emblemático espacio del centro de Vitoria, aunque permite el paso por los laterales. Con esta intervención titulada 'Utopía: prohibido el paso', el artista y arquitecto vitoriano Sebastián Bayo (1990), afincado en Madrid, quiere llamar la atención acerca de todas esas fronteras que aún hoy se alzan en forma de muros físicos.
La instalación ha sido seleccionada en el marco de la Bienal Internacional de Arquitectura de Euskadi (Mugak), que inaugura este jueves 23 de octubre su edición en la capital alavesa con un programa de actividades y exposiciones. Esta propuesta permanecerá previsiblemente hasta el 14 de noviembre en el corazón de la ciudad. Como curiosidad: recrea una prolongación de la muralla medieval.
– Desde que el jueves lo colocaron, muchos se preguntan en Vitoria qué es ese muro. ¿Cómo lo explica?
– Lo primero que diría es que es un pabellón, no un muro. Es el pabellón de Vitoria de la Bienal de Arquitectura de Euskadi, que se va a desarrollar en la ciudad y busca que participe la gente. Se cuestiona si un pabellón tiene que ser un espacio cerrado. En ese muro se harán actividades de la Bienal: exposiciones, charlas y propuestas de participación ciudadana.
– Desde la Bienal de Arquitectura de Euskadi indican que precisamente el muro «critica la existencia de muros».
– Claro, el tema central de la Bienal era la utopía y yo quería reflexionar acerca de cómo la búsqueda de la utopía puede ser algo excluyente cuando construyes un gueto 'utópico' y no dejas que la gente entre. Y quería hacer ese guiño hacia con la paradoja de hablar de muros o criticarlos construyendo uno que dificulta algo el paso y, al mismo tiempo, ofrece a la gente que lo intervenga y se exprese en contra de él.
– Si a alguien le molesta por su estética o porque le recuerda al muro de Berlín o al de la frontera de Estados Unidos con México, ¿qué le diría?
– Le tranquilizaría diciéndole que se desmontará en tres semanas, pero también que en el objetivo se encuentra eso: tratar de que la gente reflexione sobre la facilidad con la que se construyen muros.
– No ha tardado en aparecer pintada...
– Digamos que yo planteo la obra y la ofrezco para que la gente la intervenga. Lo que se plasme será reflejo de la gente. La voluntad 'utópica' de esta obra es que todo tenga que ver con el tema de la Bienal. Pero contamos con que haya mensajes que no tengan nada que ver.
– Ya es 'utópico' que llegue impoluto al jueves.
– Sí, es complicado (risas). Aunque me parece interesante que llegue sin estrenar a la inauguración, cuanto más tiempo tenga Vitoria para actuar sobre el muro, mejor. Lo que espero sobre todo es que termine bastante intervenido porque eso significará que ha sido un éxito la propuesta. Está completamente abierto a la participación de la manera que sea, con pegadas de carteles, con pintura, con texto, con grafiti...
– ¿Cuándo se derriba el muro?
– El 14 de noviembre se desmonta coincidiendo con la clausura de la bienal. Valoremos si algunas partes pueden conservarse y exponerse en otro lugar.
– La propuesta no es fácil. ¿Qué sintió cuando seleccionaron su propuesta?
– Me sorprendió porque requería cierta valentía del jurado. Ocupa espacio público y puede generar incomodidad o polémica.
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