Quien busca vivienda pública en Euskadi se gasta ahora casi la mitad del sueldo en la renta

En concreto, «el esfuerzo económico medio» que están haciendo los vascos que se encuentran en lista de espera es «el 45% de sus ingresos familiares», con una factura media de 694 euros. Muy por encima del 30%, que es el máximo recomendado. Y eso que el 46,5% recibe algún tipo de ayuda pública.

Esta manera de vivir al límite de las posibilidades económicas condena a miles de personas a altos grados de incertidumbre. Y a veces, superan el límite de sus posibilidades. Casi la tercera parte de los inscritos en Etxebide se han visto obligados de cambiar de domicilio en los últimos dos años porque no eran capaces de pagar la renta en el sitio donde vivían. En concreto, el 33,7% en Álava, una proporción que si bien algo es superior a la media vasca, certifica que se trata de un problema generalizado en Euskadi.

Sí destaca Vitoria porque lo habitual aquí es mudarse dentro de la propia ciudad (74,1%), no a otro municipio (13%), frente a lo que ocurre en el resto de capitales vascas. Por ejemplo, el caso bilbaíno es particularmente grave porque el 34,1% de quienes han tenido que cambiar de domicilio se han marchado a otra localidad. En San Sebastián se queda en el 29,4%.

La cuestión es que en esa búsqueda de alternativas residenciales más baratas cada vez más gente acaba viviendo en una habitación de un piso compartido. Aquí se ha visto un incremento enorme en el último año y medio. Según los datos del Área de Vivienda, entre los demandantes vascos que estaban inscritos a finales de 2022, únicamente el 22,4% residían en una habitación. Dieciocho meses después, la proporción se ha disparado hasta el 36,7%, es decir, más de la tercera parte.

Como queda dicho, la mayoría que busca un alquiler público quiere una renta más barata o disponer de un piso, en vez de únicamente de una habitación. Pero el 12% de los encuestados menciona como causa la necesidad de vivienda tras haberse separado o divorciado.