A BUENAS CON LA VIDA
Ex director gerente de la Fundación Catedral Santa María ·
En principio es tan sólo una frase que he escuchado esta mañana por la radio, pero creo que define certeramente el nacimiento y discurrir del ' ... Abierto por obras' que se puso en marcha en la 'catedral vieja' y que ha revolucionado el concepto y la gestión del patrimonio cultural a nivel internacional. Aquel camino surgió de la idea, tan sencilla como innovadora, de que el patrimonio tiene que responder a una función social que permita recuperar el monumento con el mayor rigor pero, sobre todo, devolviéndolo a la gente, como legado y como recurso.
Esa idea fue parida por profesionales brillantes como Azkarate, Lasagabaster, Latorre y Cámara, y respetada e impulsada por representantes políticos de todos los colores. Que no es poco en los tiempos que corren. Creo que poca gente como Carlos Rodríguez de Diego representa la gestión de equipos, la entrega absoluta y bienhumorada y, de su mano, aquel excepcional grupo de guías que enamoró a escritores, reyes y premios Nobel. Se alinearon los planetas hasta con la Iglesia, y fue una bendición el papel de Fernando Gonzalo Bilbao, preclaro, largo e imprescindible para que el proyecto fuera realidad.
Me ha tocado estos años viajar profesionalmente por el mundo y tratar con mucha gente vinculada al patrimonio cultural. Y puedo asegurarles que el 'Abierto por obras' de Vitoria-Gasteiz es una absoluta referencia internacional. Las réplicas del modelo son incontables, dentro y fuera de nuestras fronteras. Y el proyecto está más vivo que nunca.
La semana pasada quedé en Vitoria con Javier Ramos, una de las autoridades más reconocidas de nuestro patrimonio. La camarera del restaurante, una mujer cubana con una sonrisa de oreja a oreja, me dijo que me conocía, que yo era «el de la catedral», que había seguido el proceso desde el primer día y que seguía acudiendo a sus visitas y actividades, 20 años después. A Javier le impactó y a mí la verdad es que se me hizo un nudo en el gaznate. Ángela se llama nuestra amiga, gasteiztarra de La Habana, que me llevó a los inicios y me mostró lo positivo de que los proyectos, personales o colectivos, nazcan y crezcan a buenas con la vida.
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