Las tropas napoleónicas han marchado este sábado por los puestos del parque de Arriaga Igor Martín

Bonaparte y su tropa se ganan a Vitoria

Cientos de personas acuden a un Mercado Napoleónico en el que los comerciantes agradecen el buen tiempo

Sábado, 6 de abril 2024, 14:55

Unai y Uxue no apartan los ojos de la soldadesca francesa. Entre cartuchos, el pendón galo y los llamativos sombreros, no pierden detalle de los ... movimientos de las tropas de Napoleón. Pero el debate con sus amigos no está en las bayonetas o en los sables de los soldados a los que miran. Está en la artillería, en el cañón. En concreto, en si los patos del parque de Arriaga van a huir despavoridos al primer fogonazo de los bonapartistas. Hay consenso en que sí, pero... ¿y los patos franceses hacen lo mismo? «¿Pero cómo no van a salir volando, Unai?», le insiste otro retoño. «A lo mejor están acostumbrados», replica.

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Los pequeños abren la boca por la inminencia del primer estruendo y, efectivamente, los patos vitorianos salen volando con el primer cañonazo. Se ve que 200 años después se han olvidado de lo que fue la Batalla de Vitoria. Pero en el Mercado Napoleónico se sigue recordando esa cita con trajes de época. «Me extraña que no ganasen la guerra», tercia un hombre.

Con el tiempo a favor

Las altas temperaturas han animado la afluencia y el bolsillo de los visitantes

Después del cañonazo un soldado se está peleando con el rifle, que no tiene a bien disparar. Y ya no está tan claro si la batalla de Waterloo no fue previsible. «Con esto no vamos a ningún lado», bromea un soldado bonapartista. Pero en el Mercado Napoleónico lo de menos es la guerra. Lo importante es el recuerdo de ella. Y la comida, que es lo que más tirón tiene entre los cientos de visitantes que han acudido este sábado -también en la tarde del viernes- a la cita que Vitoria y su pasado pactan cada año. Otro bonapartista, con la cara tiznada, pregunta a los paseantes: «¿Cómo estamos aujourd'hui?».

Público de todas las edades

Entre los visitantes del sábado reinan jóvenes y mayores. Las sillitas y las sillas de ruedas copan buena parte del paseo. Entre los más mayores estaba Catalina Sáez, que pese a ir sentada no se privó de «algún trocito de queso». «Me gusta mucho venir al parque», explica antes de seguir su ruta por los tenderetes de embutidos, especias, ropa o juguetes artesanales.

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Raúl Sabino y su hijo Yeray vienen todos los años. Y aunque a Yeray también le gusta ver a los soldados franceses, tiene claro que lo mejor de la feria «son los talos». Su padre le trae siempre, aunque este año Raúl cree que los precios se han exagerado un poco. «Todo vale un dinero, pero no puedes poner cualquier precio. He visto un pan a siete euros; si se pone malo ya te duele habértelos gastado. Pero es lo que hay, vendremos para que siga habiendo mercado».

Gastronomía

Talos, dulces y embutidos fueron algunos de los productos más demandados en el parque de Arriaga

En un puesto, en el de Adrián Bulcau, el producto estrella es la rosquilla. Con las manos en la masa, explica que todo es fruto de su obrador, en Mallabia. «Entre semana vendemos allí y los fines de semana salimos». En su caso es la cuarta vez en el Mercado Napoleónico. Este año, además, «el buen tiempo está ayudando». Bulcau tiene claro que Bonaparte no se habría resistido a sus rosquillas: «A todo el mundo le damos un trozo y no da ni tres pasos antes de volver».

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El domingo, fin de fiesta

El Mercado Napoleónico echará el telón con recreaciones históricas hasta las 21:00 horas

En otro puesto, una bandera cubana preside la venta de mojitos. Bonaparte no los pudo probar, pero aquí la tropa napoleónica sí puede pedirse uno. A lo lejos, en unos puestos de feria independientes del Mercado Napoleónico, suena Quevedo de fondo. No Francisco -el literato le sacó casi dos siglos a Bonaparte-, sino Pedro, el canario al que hace dos años Vitoria le cantó mientras esperaba a Celedón junto al Monumento a la Batalla. Cosas del paso del tiempo. El mismo que hace que los patos vitorianos se hayan olvidado de los fogonazos de los cañones franceses.

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