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Un hostelero sirve cerveza a un cliente en un local de Vitoria. Igor Aizpuru

Los bajadores de basura

Bajar la basura y aprovechar para tomarse un vino es signo de que Vitoria recupera sus latidos

Domingo, 3 de abril 2022, 00:01

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Durante estos dos últimos años he compartido sensaciones con Santa Teresa de Jesús, he interiorizado aquello de 'vivo sin vivir en mí, pues tan alta ... vida espero, que vivo porque no muero'. Lo cierto es que llevábamos una larga temporada ubicados en esa 'divina prisión' a la que aludía la santa. Dos añadas marcadas por las 'siete plagas de Egipto', como dice un amigo, en las que no han faltado virus asesinos, volcanes que arrojaban fuego, lluvias rojizas, temporales caribeños o polares, enfrentamientos políticos extremos, invasiones de Ucrania, retiradas del Sáhara y, sin tiempo de recuperarnos, una actuación en Vitoria de Leticia Sabater en la que, y esto es ya un delito de lesa humanidad, creo que cantó. Setecientos cincuenta días de desasosiego, con mascarilla hasta en el otorrino, sin consumir en barra, sin blusas y neskas, sin tamborrada de San Prudencio, sin sociedades gastronómicas, sin Santa Águeda, en algún momento sin ni siquiera poder camuflar un blanco de Rioja Alavesa en un vaso de café so pena de prisión permanente revisable. La presión ha sido tal que muchos hemos tenido que recuperar aquellos años de clandestinidad de nuestra adolescencia para, con nocturnidad y alevosía, degustar un furtivo tinto de año en el garaje de algún compañero de resistencia.

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