«Estoy ayudando en una tienda a llevar los pedidos a gente mayor»

Siempre resulta complicado contactar con Lierni Altuna, alcaldesa de Aramaio, pero estos días de estado de alarma más aún. Su teléfono da señal, pero siempre hay una reunión que atender, un vecino al que escuchar o echar una mano a quien más lo necesita.

- ¿Está siendo complicado gestionar la crisis sanitaria?

- Son días llenos de incertidumbre porque en ningún momento han estado las cosas claras. Como no sabes qué es lo que viene después, hemos improvisado tirando de sentido común.

- ¿Por ejemplo?

- Junto al autónomo que tenemos contratado para realizar las labores de limpieza del municipio, nos hemos tenido que buscar la vida para hacer la mezcla para desinfectar las calles.

- ¿Y cómo se controla un municipio de las características de Aramaio?

- No tenemos (policías) municipales y la autoridad corresponde a las comisarías de la Ertzaintza de Vitoria y Bergara. El monte es mucho más libre que la ciudad, pero en general nos hemos sabido 'auto regular' y, de momento, no hay ningún contagiado.

- ¿En general? ¿Ha habido alguna sanción?

- No. Para nada. Sí que ha habido algún vecino cabreado por la falta de algún producto en las dos tiendas que tiene el pueblo. La verdad es que esa gente debería reservarse el mal humor para la intimidad de sus casas estando así la cosa.

- ¿Ha habido algún momento de desabastecimiento?

- Con la regla de tener que ir al establecimiento más cercano, pues en un primer momento hubo problemas hasta en el Eroski de Mondragón. Lo cierto es que han sabido sobreponerse y han respondido muy bien.

- ¿Cree lógico que se apliquen las mismas reglas en Madrid y en Aramaio?

- No es lo mismo la gran ciudad que un barrio con cuatro casas separadas por un kilómetro de distancia en el que incluso se están limitando que salgas al jardín. Entiendo que sea café para todos para evitar confusiones, pero hay que tener en cuenta la realidad de cada municipio.

- Ustedes apostaban por un programa de ayuda comunitaria. ¿Ha funcionado?

- Pues sí, aunque la demanda ha sido menor de la esperada porque la gente ha tirado muchísimo de familiares. Un vecino y yo estamos ayudando en una de las dos tiendas que hay en el pueblo cuando acabamos nuestro trabajo para reponer baldas y llevar la compra a gente mayor. Otros han salido por su cuenta, pero yo no estoy para prohibirles nada.

- ¿La crisis ya se nota entre los negocios del municipio?

- De momento estamos haciendo un diagnóstico con los autónomos para escucharles y saber cómo creen que les debería ayudar el Ayuntamiento.

- ¿Ha tenido que sacar la tijera para hacer los primeros recortes?

- Estamos esperando a lo que decida Diputación y cuánto de menos vamos a recibir los ayuntamientos. Tendremos que volver a la casilla de salida con el presupuesto municipal. Desde que el Covid-19 apareció en Álava nos hemos ceñido a los asuntos indispensables y la lucha contra el virus para no comprometer ninguna partida.

- ¿Han tenido que renunciar a algún proyecto?

- Aquí vivimos el día a día. No tenemos partidas adorno o 100.000 euros para luces de Navidad.