Zuaza pide a la Ertzaintza que tome medidas contra el exceso de velocidad y el tránsito de camiones

La A-3641 es una carretera menor pero motivo de inquietud entre los vecinos de Ayala, en particular los del pueblo de Zuaza, que la temen por su estrechez (un carril en cada sentido), los accidentes de camiones que se salen a las cunetas por falta de espacio y la velocidad que toman los vehículos particulares. Entre el cruce de Ibagüen y Okendo se ubica el problema circulatorio en ese hermoso lugar de Álava. Son unos siete kilómetros de trazado por un paraje verde, salpicado de caseríos que se asoman a la ruta, pero lleno de riesgos para sus habitantes, visitantes y transportistas. «Atención. Modere velocidad y respete su carril», alertan en castellano y euskera carteles plantados a ambos lados del asfalto.

De eso se trata, precisamente, de que los conductores levanten el pie del acelerador y transiten por su camino. Tan sencillo como complicado. Cuentan los vecinos que los coches pasan a velocidades superiores a los 70 kilómetros por hora y que a veces el transporte pesado pierde el control y se va al suelo, literalmente, porque no hay sitio para el paso de dos tráiler a la vez. La semana pasada sucedió el último percance, el de un camión que se orilló tanto que acabó panza arriba, a la espera de que llegaran las asistencias, con lo que el rescate supone de afectación al tráfico. Ya son demasiadas salidas de calzada.

El vecindario de La Llana, Zerrabe y El Valle, barrios de Zuaza literalmente cruzados por la vía, expresan su «preocupación por la inseguridad que crea el tráfico en general y el de camiones en particular» en esos tres tramos de la A-3641. Así se lo han hecho saber a Carreteras de la Diputación Foral de Álava y muy recientemente a la Ertzaintza, a la comisaría de Llodio. Piden a la institución foral y al garante del tráfico en Euskadi actuaciones concretas pero sobre todo, urgentes. Desde «la mejora de la señalización e instalación de algún elemento disuasorio en puntos claves» hasta la fijación de «controles, radares o las medidas que sean más adecuadas con el objeto de mejorar la seguridad de los vecinos».

Son demandas que vienen de largo, advierte Karmele Población, concejala de Movilidad en Ayala, que tiene entendido que la Diputación estaría dispuesta a acometer ampliaciones de la anchura en tramos de la carretera. «Es muy complicado porque hay muchos caseríos a los lados, y no es la solución». Ella sostiene que tal vez sería más aconsejable «desviar el tráfico pesado por carreteras más apropiadas». Las hay, como la Supersur y la AP-68, pero el transporte de mercancías evita la autopista para ahorrarse el peaje.

La presidenta de la junta administrativa de Zuaza, Aitziber Álava, subraya que detrás de una salida de calzada «quedan restos de la carga o la carrocería y daños materiales o ambientales que traen problemas» posteriores al concejo. «No nos sentimos escuchados por quien corresponde», se lamenta la alcaldesa del pueblo, que pide «regulación del tráfico» y ofrece «consenso» a las partes implicadas. Tampoco habla de prohibir a los camiones el tránsito por una ruta que lleva al polígono de Murga, Amurrio y Llodio. «Los maderistas sí tienen que pasar por ella, pero hay otros que no tanto». Hay alternativas.

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