Nerea Quincoces se lanza con Kuttune
La alavesa aspira a grabar un disco de fusión de ritmos tropicales y tradicionales mediante 'crowdfunding'
Kuttune (diminutivo de bolsa que se lleva colgada al cuello donde se guardan plantas, trozos de madera o monedas que alejan los males, en euskera) ... nació hace meses en la mente de Nerea Quincoces, una percusionista profesional de Artziniega enamorada de los ritmos africanos y cubanos que se deja llevar por el sonido de la música tradicional de la península ibérica que escucha desde era una niña. «Siempre me ha llamado la atención la música cubana y africana y la mezcla de ritmos. Encaja como un guante con los que tenemos aquí», explica la promotora del proyecto.
Kuttune no solo es una idea de Quincoces. El grupo está integrado por Jon Andoni Pérez, maestro de percusión africana; Aritz Mugartegi, especialista en instrumentos de cuerda pulsada del Mediterráneo; Amaia Arrieta, voz; Irene Gil, flautista; Pablo Dávila clarinetista y albokari; Aingeru Torre, saxofonista; Jordi Arcusa, bajista; Tania Loza, pianista y Pablo Bueno, guitarrista. Algunos se conocieron en el Centro Superior Musikene y varios comparten trabajo en el Conservatorio de Gernika, donde dan clases. Además, les une la pasión por fusionar experiencias y adentrarse en mundos inexplorados.
«Este es un buen momento para la creación. Es complicado ensayar, pero la tecnología nos ayuda»
pandemia
Kuttune tiene como objetivo grabar su primer disco con la música que apasiona a la decena de miembros que lo integran. Y para lograrlo, han lanzado una campaña de 'crowdfunding' a través de la plataforma goteo.org.
Las restricciones que ha puesto la pandemia a los ensayos y los conciertos no han frenado su objetivo. «Este es un momento bueno para la creación», asegura Quincoces, que ha dedicado los últimos meses a preparar los arreglos de las once composiciones que se presentarán en el disco. «Es complicado porque cada instrumento necesita su partitura y todo tiene que ir ajustado», asegura. Sobre todo en estos tiempos actuales, en los que los músicos se ven obligados a compartir sus avances por videoconferencia. «La tecnología nos ayuda mucho porque podemos grabarnos una y otra vez para pulir los detalles», explica la directora.
Seguidillas africanas
De este esfuerzo salen arin arin vascos con reminiscencias tropicales, seguidillas africanas o rumbas cubanas que mezclan canciones de arar el campo burgalesas con ritmos del otro lado del Atlántico. La fusión alcanza al País Vasco, Galicia, Segovia, Cantabria o Castilla y León, que revitalizan sus melodías tradicionales con ritmos mucho más exóticos. «La música tradicional es ahora para minorías. Nosotros queremos darle otro enfoque», que por cierto, también está abierto a la improvisación que ofrecerán en los conciertos que planean ofrecer con los temas del disco.
En el grupo todo es pasión por el arte. El diseño de la portada y todo el materia audiovisual y de 'merchandising' que acompaña al disco, que «todavía no tiene nombre», ha sido diseñado por Paula Lafuente y Teresa Uriarte. Ambas mantienen un vínculo estrecho con Artziniega, donde pasan temporadas.
Kuttune necesita un mínimo de 4.541 euros para poner en pie el proyecto, pero esperan llegar a las 6.941 que se han marcado como objetivo. «Queremos grabar en el estudio Mecca de Oiartzun porque nos parece que tienen una gran calidad que no vamos a encontrar en otro sitio».
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